martes, 24 de junio de 2008

Bob Dylan

Ayer estuve viendo a Bob Dylan. El concierto era en el parking de la Feria de Zaragoza. No es el primer concierto que veo allí, ya estuve viendo a los Rolling Stones, y sigue sin gustarme el sitio. Es un lugar demasiado grande, el sonido se dispersa, los baños son prefabricados y además es un sitio feo, pero bueno, lo de menos era el lugar.

Poco tengo que decir de Dylan, porque poco concierto vi, y sin embargo, lo pasé muy bien. La compañía era agradable y eso es lo que más importa en estos casos.

Fue una noche de bocadillos de panceta con demasiada poca panceta, de atascos con Rafa Pons sonando a todo volumen en el coche, de hablar, de mucho hablar, pero sobre todo de risas, de carcajadas, de ojos admirando el paisaje que había alrededor, jejeje, de cervezas tiradas por el suelo y todo esto aderezado con la música de Dylan por los altavoces.

Una noche que me hizo liberarme de mis últimas obsesiones, y que me hizo disfrutar de verdad.

Cuando me di cuenta de todo esto, Dylan ya cantaba su segunda canción del primer y único bis y la gente coreaba con los brazos en alto aquello de "Like a Rolling Stone".

Después, vuelta a casa, más atascos, y a dormir. Justo cuando lo estaba consiguiendo, me despertó un poco la nostalgia, para avisarme de que no se había ido del todo. Le hice un poquito de caso, pero no mucho, y volví a cerrar los ojos.

4 comentarios:

Marian dijo...

Yo me voy a quedar con las ganas de verle!!

muá

Mar D. Ferrer dijo...

En estos momentos me estoy muriendo de la envidia, Bob Dylan!!!!!!!!!
En fin...

Besitos.

Alhuerto dijo...

Hoy he leido una crítica sobre ese concierto bastante desconcertante.
Vamos, que no daba ánimos para ir a verlo.
Falta de voz, de ganas, no se dirige ni una vez al público, no quiere acercarse a sus seguidores.
Aún y así lo veré, pero sin tanta fiesta como tu. Jajaja.

Muakas. ;)

Thalía dijo...

Bueno, Dylan se coloca mirando hacia un lateral del escenario, ni una mirada al público, ni un guiño, ni una palabra. Eso, el poco rato que miré, porque el resto del tiempo estuve sentada en el suelo, charlando, tomando alguna cervecita, y disfrutando del fresco, como si estuviera en una terraza de verano con música de fondo. Muy agradable