Otros decían que no se puede construir por intereses mutuos, que la amistad no es lo más importante, que si solamente "viene bien", se acaba escaldado. Quizá tengan razón.
Muchos opinaban que los hombres deben vestirse por los pies, cagarse en todo lo sagrado y tirarse eructos en la mesa y que las mujeres tienen que ser finas, femeninas y estar siempre como un pincel. Quizá tengan razón.
Quizá tengan razón. De hecho, algún día tendrán razón. No sé si será mañana, dentro de un mes, dentro de un año o "cuando la muerte venga a visitarme". Pero mientras llega ese momento, en el que unos y otros dirán "ya lo decía yo...", mientras llega ese momento, no queda otro remedio que seguir, como dice Khrae, ocupándose del mar.