lunes, 23 de febrero de 2009

Música, música, músicaaaaaaaaaaaaaaaa

Sábado 21 de Febrero de 2009. Sala Galileo. Madrid. Ni idea de la hora. Un tipo simpático que se hace llamar a sí mismo guitarrista insurgente, llama al escenario a una tal labegue, y yo, recuerdo que tengo un blog.

En realidad, yo soy labegue en todas partes, no sólo en el blog. También lo soy en los teléfonos móviles de mis amigas, en alguna cuenta de correo electrónico, en algunos foros de internet, e incluso lo soy en mi misma cuando me regaño y me digo: "Céntrate, Begue, céntrate". Pero lo soy fundamentalmente aquí, y en todos los blogs por los que me paseo.

No tengo ganas de escribir ultimamente. No, es mentira. Sí tengo ganas de escribir, y lo hago, pero no aquí. Este blog nació con un propósito que se fue modificando, y ahora no encuentro muy bien el sitio que le corresponde, así que hasta que lo encuentre, ando haciendo otras cosas realmente divertidas, y que ya he especificado por algún sitio.

Pero hoy tengo que hacer una excepción, como siempre la hago, cuando se trata de momentos especiales.

El sábado hubo noche sabinera en Galileo, y allí estuve. Las noches sabineras son muy especiales. Llegas con un par de amigas, y te colocas en una mesa donde conoces por lo menos a 15. Se crea un ambientillo de fiesta realmente especial. No es sólo la música, es algo más.

Pasa también con las actuaciones de Carabina 30 30, y alguna más que me he perdido porque no puede una estar viajando a la capital todos los días.

Ultimamente, disfruto mucho más de los pequeños conciertos que de los grandes. Hace poco estuve en un bar de Barcelona, "El Astrolabi", escuchando canciones en directo, sin enchufes. Ni micrófonos, ni amplis, ni nada. Tan pequeñito era el bar que no hacía falta. Daba miedo hasta hablar, porque parecía que molestabas, y el ambiente era muy familiar. Bonito.

Lo del sábado, lo dicho: muy especial. Con amigos, conocidos, y alguna ausencia que también estaba allí en el pensamiento de todos.

¿Repetimos?