viernes, 30 de noviembre de 2007

Volar (aburrida en el trabajo, sin pies ni cabeza)


Cuando nació, tuvieron que cambiarle la sangre completamente. Cosas del RH. De los anticuerpos de la mádre comiéndose a la niña.
El caso es que como no tenían sangre a mano, y la población más cercana estaba demasiado lejos, decidieron cambiarla por sangre de cerdo, motivo más que suficiente para que se le quedara de por vida el apodo de Peggi.
Peggi, era una niña muy lista, y preciosísima, pero con una timidez casi patológica, que le hacía enrojecer en cuanto se intuía blanco de la más inocente de las miradas.
Sus diabólicos compañeritos, aprovechaban cualquier momento para sacarle los colores, - tarea fácil, por otra parte -, sin embargo, era la preferida de sus profesores. Tan modosita, tan aplicada.
Cuando llegó a la adolescencia, la belleza de Peggi creció de manera exponencial, y pasaba los días y sobre todo las noches, rompiendo corazones a diestro y siniestro, sin ni siquiera se consciente de ello. Parecía que de un momento a otro emularía a Remedios la Bella y subiría a los cielos ante la atónita mirada de todos sus amigos y vecinos. Sin embargo, no subió a los cielos, sino que descendió al más oscuro de los infiernos, cuando fue reclutada como estrella principal de un espectáculo porno de un garito de mala muerte situado en las afueras de la ciudad.
Así, Peggi, pasó el resto de su vida atrapada en una telaraña de sexo y drogas, y, a la hora de su muerte, lo único que pidió fue ser libre. Que la muerte no fuera tan oscura como la vida.
En ese mismo instante, y sin saber qué fuerza de la naturaleza había obrado el milagro, desplegó las alas y echó a volar.

4 comentarios:

poetabululu dijo...

Anuskaaa...!!!
Ya vengo, ya vengo. Como puedes imaginar estos días atrás he andado algo liadilla y no he pisado por los blogs, pero os echo de menos. Ahora tengo más tarea acumulada porque me gusta leer todo lo que publicáis.
En cuanto a la navidad, me sumo a la corriente de los desaboríos a los que no les gusta nada, nada. Pero me parece estupendo que haya gente con ilusión y le mole; no seré yo quien venga a robársela con tristes y negativos argumentos.

¿Es ahí donde trabajas? Parece un sitio muy reducido ¿no? Así, visto desde fuera, impresiona como lugar pelín claustrofóbico. Supongo que será el efecto que produce la foto, simplemente. Además, si hay buen rollito, mejor... más juntitas todas.

Finalmente, me ha gustado mucho tu relato ficción. Veo que recurres poco a ella -en cambio yo demasiado, jajaja-, pero te ha quedado bien, y eso que es difícil ser breve y transmitir a la vez. Además, cuando escribimos ficción, lo creas o no, siempre ponemos mucho de nosotros mismos. Por cierto... ¿quieres volar? ¡¡¡Vuelaaa...!!!
Un besote gordo, Anita, guapa!

NO SOY DE AQUI NI SOY DE ALLA dijo...

Que historia mas bonita... Nunca es tarde para ser libre, aunque sea en el mismo instante de la muerte, lo importante es haberse sentido, aunque sea por ultima vez, libre de verdad.
Ya me he dado cuenta del detalle de tu piel, guapa... Parece que por Castilla no solo no nos tienen en cuenta para las encuestas, sino que encima andamos un poco pobres en lo que a sexo se refiere... snif... snif
Besitos y buen finde

Sonia San Román dijo...

¡Leñador!,
no tales el pino,
que un hogar hay dormido
en su copa.
Señora abubilla, señor gorrión,
hermana mía calandria,
sobrina del ruiseñor,
ave sin cola, martín pescador,
parado y triste alcaraván.
¡A volar, pajaritos, al mar!

Rafael Alberti

Beso!

poetabululu dijo...

Ya imaginaba que la de "una copa con..." eras tú. No me importa que me visites cuarenta veces un mismo día, jajaja, es un placer y un honor.
Me he pasado por ver si había aquí algo nuevo, y ya veo que no... snif, snif, snif... como dice Marisa.
Beso grande, Anita.