Ayer estuve de cumpleaños. 2 añitos cumplió la niña y como en todo cumpleaños hubo tarta, juguetes, peleas, madres y padres intercambiando impresiones, etc.
No había muchos niños, sólo 5 contando la homenajeada, pero sí hubo las típicas peleas de "todos queremos el mismo juguete".
El comportamiento de los padres tanto en estos casos como en los de pegarse, siempre suele ser el mismo, ponerse en contra de su hijo. Y lo peor es que no se hace porque el niño no tenga la razón en la pelea, sino que se hace para quedar bien con los otros padres.
"Devúelvele el juguete", "Dale un beso", "Pídele perdón", son frases que todos decimos a nuestros hijos cuando se ven implicados en una pelea con algún amiguito. Y eso, normalmente, sin conocer todos los datos de la pelea, en la que normalmente ninguno de los implicados tiene la culpa, porque ¡tienen 2, 3 y 4 años!
Suelen ser tontadas en las que no deberíamos meternos a no ser que pudieran hacerse daño de verdad, pero ultimamente, los padres, no dejamos crecer a nuestros hijos. Les hacemos depender en exceso de nosotros, cuando son ellos los que deberían empezar a sacarse las castañas del fuego, a negociar entre ellos, deberíamos dejarles llorar y desahogarse cuando lo necesitan, y besarse y abrazarse cuando ellos quisieran. Siempre, por supuesto, en la medida de sus posibilidades, porque también tienen que aprender, aunque la mayoría de las veces, aprenden más por lo que nos ven hacer, que por las lecciones que les podamos enseñar de palabra.
Tarea difícil tenemos los padres, así que lo hacemos lo mejor que podemos, que suele ser mal. Al final, el destino de un hijo, quizás sea más producto de la casualidad que de la educación recibida. No lo sé. Y la verdad, ni si quiera sé si me importa.
2 comentarios:
muy buen post
y realmente es asi, es mas por lo que piensen, y como reaccionen los otros papas,
y si, estoy contigo, aprenden mas por lo que no hacemos...
un besico y espero que te encuentres muy bien
un beso de cumple a la enana
muak
Creo que hay demasiado consentimiento ahora, y mucho temor por lo que los niños están exageradamente cuidados y mimados... han de aprender por si mismos a tropezar y a levantarse.
Pero vamos, que mi postura es la de alguien que lo ve desde el otro lado de la barrera. O sea fácil.
Japi berdei pa la peke y besos para ti.
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