lunes, 12 de mayo de 2008

Blogterapia

Tras un tiempo de abandono, ahora estoy practicando la blogterapia. Como todo el mundo puede imaginar, consiste en escribir compulsivamente todo lo que se me pasa por la cabeza (bueno, todo, no, sólo lo banal).

Desde que el blog cumplió un añito, voy a entrada diaria casi, y está resultando una terapia bastante buena para mis idas y venidas de coco.

Puedo escribir acerca de mi nuevo corte de pelo, coger la cámara de vídeo y grabar la lluvia desde la ventana de mi habitación, o colgar canciones..., todo vale.

Y es que esto se está convirtiendo en un oasis en mi desierto, un desierto sin camino, en el que a cada rato cambio de opinión acerca de qué dirección tomar, y este oasis, me guia por el camino que considera más adecuado..., que no sé si es el correcto, pero es el único que tengo.

Las personas debemos estar empeñadas en complicarnos la vida, en inventarnos los problemas que no tenemos, porque si no, no se explican determinadas cosas. Y es que, los inconformistas, siempre tendemos a mirar más allá, a no estar contentos con nada, y a ser un poco egoistas.

Ya sé que esto, contradice mi entrada del otro día, esa que hablaba de aprender a conformarse. Pero a veces, las cosas que dices, no te las crees ni tú. Es como lo de dejar de fumar..., este es el último paquete. Llevo diciendo eso desde que volví a hacerlo, pero en el fondo sé que no lo haré, porque no es el momento. No por problemas, ni porque no sea un buen momento en mi vida (este tema sería para hablar largo y tendido), sino porque no estoy convencida de querer hacerlo, y eso es lo más importante.

Hoy ha sido un día difícil. La visita de la mañana, el feliz reencuentro del mediodía, la soledad de la tarde y la bronca de la noche. Y todavía no ha terminado. Aún escucho a los niños reirse y jugar en la cama, y temo acercarme a la habitación porque no sé qué me voy a encontrar. Podría ser un charco con dos niños chapoteando encima (no sería la primera vez), podría ser un niño encaramado a la estantería, o simplemente podría ser una habitación llena de juguetes revueltos por todos los lados.

Así, que me siento aquí, y escribo. Escribo lo primero que se me viene a la cabeza. Y pienso en vosotros, en los que sé que váis a leerlo, como si fuera algo importante. En cada uno de vosotros, porque os conozco, aunque a algunos no os haya visto jamás. Y sé, que será mi terapia, mi blogterapia, porque es algo mío que es reconocido. Por eso, gracias por estar ahí. Y muchos besos.

8 comentarios:

Sonia San Román dijo...

Me gusta que actualices tanto.
De hecho, acabo de darme cuenta de que me había saltado un montón de entradas por leer.
Vi la de la justicia y no miré más abajo: la de la pelu, la del abrazo...
Así que hoy te lo mando con un beso fuerte.
Y sigue con tu blogterapia.
Que no decaiga!

Anónimo dijo...

Me gusta pasarme por aqu� y de ese modo saber como estas.

Creo que escribir es una buena blogterapia,para cuando se esta bien o se esta mal.

Un beso y lo dicho que me gusta leerte.

David Grau

Anónimo dijo...

Ya sabes que yo te leo siempre, aunque no siempre deje mi huella...
Ojalá siempre tomes el camino adecuado Anica... y el que menos daño te haga a tí y a los que quieres.

Un besico guapa

Anónimo dijo...

Jolínnnnn... y yo, como escribías tan poquito, me he tenido que poner al día porque no contaba con que actualizases tan a menudo!

Un beso grande!

Mar D. Ferrer dijo...

Tú escribe Ana, todo lo que te venga a la cabeza, todo lo que necesites y más que aquí estamos para leerte. Que si, que es una buena terapia, te lo digo yo que, aunque no lo parezca, siempre he sido un poco escritora compulsiva y te aseguro que funciona.

Un beso guapa.

Anónimo dijo...

Nos ha pasado a todos lo mismo, acostumbrados a poder leerte de vez en cuando, ahora necesitamos ponernos al dia.
Es un placer, de verdad
Un beso grande (y suerte en el partido del domingo, que la necesitaran, no nos queda mas remedio que desear que sea Osasuna o el recre, sin tener nada especial en contra de ellos, pero ni Pucela ni Zaragoza)

Marian dijo...

Claro que si, a mí también me ayudaba muchísimo leeros cuando estaba tan mal hace unos meses, era un alivio saber que detrás de la pantallita había gente mandándome fuerza y sonrisas...

así que ahí van las mías para ti :)

besote

Alhuerto dijo...

Cuando tienes tanto que decir, y tantos sentimientos dentro de ti.... no hay nada como un teclado, un espacio propio y las manos se aflojan solas.

Y si te leen y te entienden... entonces es la reostia.

Un achuchon y un beso.