domingo, 31 de enero de 2010

Sin ideas

Llevo unos días sin ideas. No sé de qué escribir. Bueno, no es exactamente eso, porque sí que escribo, pero luego no publico. Reviso, modifico, borro todo, vuelvo a empezar, y luego, no publico.

No publico porque no sé si es eso lo que quiero decir, no publico porque no quiero que se malinterprete, no publico porque estoy harta de ser la puñetera transparencia personificada. No publico por mil razones.

Yo, que estoy acostumbrada a escribir sobre mí, sobre lo que me pasa, sobre como me siento, sobre lo que quiero, me veo ahora incapaz de hacerlo voviéndome algo hermética.


Además, últimamente tengo las cosas muy claras. Las dudas se han disipado, la realidad se me ha presentado en varias ocasiones cristalina, y aunque eso por un lado mina la ilusión y le quita salsa a la vida, por otro lado, me produce tranquilidad, sosiego, paz, y la seguridad de que yo soy quién tiene la última palabra acerca de lo que quiero o de lo que no quiero.

Por eso no sé de qué escribir, porque este blog se alimenta de dudas, de ralladas mentales, de declaraciones de intenciones que luego no suelen servir para nada, y ahora, al menos en estos últimos días no hay nada de eso.

Me pregunto si algún día volveré a tener esa sensación de estar en la cuerda floja, de no saber qué va a pasar, de ilusionarme con cosas que sabes que no van a ninguna parte, de soñar despierta, de imaginar situaciones. Era mucho más divertido.

Mientras tanto, no me quedará otra que leer el periódico, ver programas basura, y escuchar música, a ver si de ahí saco algo de material.

Hasta que llegue el día (quizás mañana), este blog va a ser soso, soso. Así que toca tener paciencia, que seguro que las aguas vuelven a su cauce.

martes, 26 de enero de 2010

Dudas

Ayer, después de leer el blog de un viejo amigo, me entró un momento reflexión de estos que me entran a mí de vez en cuando.

Él, hablaba sobre la forma de vivir, sobre ver lo positivo de lo que te rodea y muchas otras cosas, y también se planteaba cuál es la mejor forma de caminar por la vida. Una, mirando hacia adelante. Metas, propósitos y demás. La otra, sin metas, mirando digamos alrededor, y disfrutando de lo que tienes en todo momento.

¿Cuál de ellas es la que yo quiero? Pues sinceramente, no lo sé. Las metas tienen el problema de que cuando están conseguidas ya te has olvidado de ellas. Quieres más, o incluso a veces, quieres volver a la situación anterior. Y lo de no fijarte objetivos, pues también tiene sus problemas, porque corres el riesgo de pensar que estás perdiendo el tiempo.

Por ejemplo, yo podría fijarme unas metas que fueran, tener un trabajo que no me haga hacer cuentas todos los meses, o conseguir cierta estabilidad emocional. Creo que son unas metas razonables.

Sin embargo, ¿qué pasará si las consigo? ¿Añoraré la flexibilidad de mi trabajo actual? ¿Añoraré la libertad de la que ahora disfruto?

Pero..., ¿si simplemente fluyo y disfruto del momento? ¿Qué pasará cuando se acaben las risas? ¿Y cuando ya no me queden fuerzas para intentar llegar a fin de mes? ¿Y cuando me sienta sola y demasiado mayor para querer estar con alguien o que alguien quiera estar conmigo?

No sé qué es lo mejor. Quizás ya va siendo hora de liberarme del inconformismo. O no. Realmente no lo sé.

sábado, 23 de enero de 2010

Creo que estoy dando un estirón

Sí. Creo que estoy dando un estirón y eso que no he tenido fiebre, que como todo el mundo sabe es cuando las niñas aprovechamos para dar los estirones. De repente, se te ha quedado pequeña la ropa y tu madre ni se ha dado cuenta, y tiene que descoser los bajos del pantalón y el doble de la falda para que se adapte a tu nueva talla.

Algo así debe estar pasándome y el caso es que no me he dado cuenta hasta hoy, y claro, eso de pasar de ser una niña a una mujer de 35 añazos, pues es cuando menos para pararse a digerirlo con calma.

Yo, sigo sitiéndome una niña, pero hoy me ha tocado compartir asiento en el metro con unos niños algo más jóvenes que yo (como unos 20 años más jóvenes), y sin sentirme mayor, me he sentido rara.

En este tiempo, he cambiado el calimotxo en botella de coca-cola de 2 litros, por el vino de reserva. El perrito caliente del timple por el bacalao al pil pil, las deportivas cómodas por los tacones que me convierten en una mujer de 1,70, los 40 principales por M80, y así, muchas cosas más.

Vamos, que no es que me haya hecho mayor, sino que me he vuelto más morruda, más comodona, más sibarita, más exquisita. Pero el espíritu, lo que es el espíritu, sigue siendo el de una cría, con ganas de jugar, de experimentar, de seguir aprendiendo y de soñar.

Debo estar haciéndolo bien.




Vídeo: Jorge Drexler - La edad del cielo

miércoles, 20 de enero de 2010

En esos días...


Sí, sí, chicas (los hombres podéis seguir leyendo, ehh), os hablo de esos días. Sí, los días en que todas las mujeres nos preguntamos a qué huelen las nubes y chorradas por el estilo. Aquellos días en los que cual gráciles gacelas, saltamos sobre la arena de la playa, nos bañamos en el mar, nos vamos de copas y tenemos una vida totalmente maravillosa. Los días de la regla.

Hay un chiste "masculino", que dice que no hay que fiarse de un animal que sangre durante 5 o 7 días al mes y no se muera, pero yo lo que no entiendo es cómo pueden fiarse de las mujeres durante la semana anterior a la menstruación.

Porque chicas, no nos engañemos. Hay algo peor que la regla y eso es el "síndrome pre-menstrual". Y yo creo que el problema es que no estamos lo suficiéntemente preparadas.

Desde que tuve mi primera regla a los 14 años, creo que ya ha pasado suficiente tiempo como para conocer mis síntomas tanto físicos como psíquicos. Sin embargo, he descubierto alguna cosa. Y es que esta semana, he tenido (aún tengo), un fortísimo dolor más o menos en el ovario derecho. Un dolor por otra parte extraño, por lo intenso y localizado, cuando normalmente es difuso y soportable. Así que me he puesto a investigar.

Entre los síntomas físicos se encuentran el dolor, la hinchazón, la retención de líquidos (llegando a tener de 1 kilo a 4 kilos más de peso por esta causa), la tensión en los pechos, el cansancio generalizado, dolores de espalda, trastornos de la piel (los típicos granitos y espinillas pre-regla), el estreñimiento y algunos más. Bueno, son de sobra conocidos.

Pero lo peor son los síntomas psíquicos: La lagrimilla fácil, la inseguridad, la falta de apetito sexual, etc.

Una vez identificado el origen de mi dolor, y por fin tranquila, me he puesto a analizar mis últimos "post premenstruales", y he decidido no volver a escribir cuando me falten unos días para que me venga la regla. Incomprensiblemente, es cuando más escribo, así que no sé si seré capaz de cumplirlo.

Eso sí, ahora, que después de tantos años, me he dado cuenta de que la semana anterior a la regla siempre tengo un día malo (y a veces más de uno), estaré preparada...., o eso creo.

lunes, 18 de enero de 2010

Radio-Man

Son las 4:30 de la madrugada, y el silencio se ha instalado en todos los rincones de mi habitación. Enciendo la radio y busco a lo largo del dial.

Lo encuentro al fin. Se trata de un hombre de mediana edad. Culto, sosegado, interesante.

En este programa no hay llamadas de los oyentes, no hay música, no hay cuñas publicitarias. En este programa sólo está su voz.

Su voz. Sensual, varonil, profunda. A veces con el tono de las dobles intenciones, otras con el sarcasmo en la punta de la lengua, a veces con la ternura emergiendo de su garganta, como la lava, ordenada en arroyos que van uniéndose hasta formar un todo. Cierro los ojos, y giro en la cama. Me estremezco. Me tapo también los hombros. Me protejo.

Filosofa y divaga. No se pierde en halagos gratuitos para ganarse el favor de la audiencia, sino que sólo expulsa por la boca sus pensamientos, sus alegrías e incluso sus miserias.

Son las 5 de la madrugada. El indicador del dial de mi memoria se difumina y mis ojos se van cerrando, mientras, casi en forma de susurros, muy cerca de mi oído, radio-man continúa haciéndome compañía.



Video: J. Sabina-69.G

viernes, 15 de enero de 2010

Javier Krahe

Dice J. Sabina que si España fuera como a él le gustaría que fuera, Krahe vendería 20 millones de discos, como lo hizo Brassems en Francia. Yo, opino que la verdadera esencia de Krahe se encuentra en sus conciertos.

Anoche tuve suerte, conseguí una de las 3 últimas entradas para verle en un garito enano, abarrotado, y con un escenario chiquitito. No importa. Mereció la pena. En directo es cuando se aprecia su fantástico sentido del humor, su inteligencia, su voz, todo.

En directo, no puedes dejar de sonreír, o de reír a carcajadas en muchas ocasiones, y por supuesto en directo, no puedes dejar de pensar. Krahe es mordaz, culto, y algo esclavo (a su pesar) de la rima.

Krahe ha conseguido hacer lo que quiere, cuando quiere y como quiere. En estos últimos dos o tres días he escuchado muchísimas veces la frase yo de mayor quiero ser como Krahe. Por algo será.

Además, anoche, tuve el enorme privilegio de poder charlar un poquito con él después del concierto.

La charla, su genial sentido del humor, la fantástica compañía, los insuperables mojitos y la escandalosa buena noticia de mitad de mañana, me hacen exclamar a la hora de la siesta: ¡Qué suerte tengo!

Os dejo una canción de las que sonaron anoche. Genial, como todas.


domingo, 10 de enero de 2010

¿Inmovilista o con personalidad?

Abrí este blog en Abril del 2007, es decir, que dentro de nada, cumplirá tres añitos (bueno, dentro de 4 meses). El blog ha ido cambiando de aspecto, y al principio, en mi perfil ponía un texto que escribí el primer día y que voy a copiar de nuevo:

Me gusta la música, leer y acostarme tarde, no me gustan las películas de miedo, las alcachofas ni los programas del corazón. Me gusta viajar, no me gusta tener el culo pegado a una silla mucho rato, me gusta dormir por la mañana, mis niños y que me regalen cosas, no me gusta mentir, vender ni tumbarme al sol en la playa. Me gusta pasear en buena compañía y sentarme a tomar una cerveza, no me gusta no tener de lo que hablar. Me gusta soñar y emocionarme, pero no me gusta que me lo noten. Me gusta Sabina, Cien Años de Soledad y que se ría la gente. No me gusta la muerte, la enfermedad ni Melendi. Hay millones de cosas que me gustan, pero una de ellas no es el telediario. Ya desnudé mi alma..., y yo con estos pelos.

Hoy, por casualidad, lo he vuelto a leer. Resulta que en mi perfil en myspace, al que hace siglos que no entro, puse exáctamente lo mismo, y como no lo había borrado, pues ahí seguía. Lo borré en su día porque había una cosa que no tenía sentido, ahora lo que he hecho ha sido cambiar un nombre propio por "la gente" y sigue siendo válido.

Y eso, es precisamente, lo que más me sorprende. En tres años, y después de miles de experiencias distintas, sigo siendo la misma, siguen sin gustame las alcachofas, no me gusta tumbarme al sol en la playa (pero sí a la sombra de una palmera), sigo siendo Sabinera y me aterran las películas de miedo, sigo intentando ocultar mis sentimientos aunque soy consciente de que no lo consigo, he leído dos veces más desde entonces Cien Años de Soledad y por supuesto continúo sin saber peinarme.

Yo no sé si es que soy muy conservadora o es que tengo ya mi personalidad y gustos formados y no hay forma de cambiarlos. O, ¿todos somos así? ¿Es posible que llegados a una determinada edad las personas cambien?

No lo sé, y posiblemente tampoco quiero saberlo, pero mi sorpresa al volver a leer aquello escrito hace casi 3 años ha sido mayúscula. Y he querido compartirla.

Una cancioncita para acompañar:

viernes, 8 de enero de 2010

De los productores de mi primer beso y mi primer orgasmo llega..., mi mejor beso

Tengo insonmio. Hoy he tenido un día de lo más ajetreado. Entre caminar, desmontar el árbol de navidad, el fregadero, ir al cole, volver al cole, comprar, etc., cuando a las 10:15 de la noche me he sentado en el sofá me he quedado dormida como un bebé. No me gusta que me pase eso, porque irremediablemente me despierto cuando llevo una hora en los brazos de Morfeo, y luego hasta que me vuelvo a dormir, pueden pasar horas. Y así estoy, aburrida, cansada, pero sin conseguir dormir.

Así que me he metido en el facebook a chafardear un poco y he entrado en una página con el sugerente nombre "Hay que besar más". Me pongo a leer lo que logro entender (que no es todo) y llego a un foro que pregunta cuál ha sido tu mejor beso. Las respuestas de la gente hablan muchas veces de besos muy deseados, o de besos en sitios extraños.

Pienso. La respuesta es complicada. Hay varios besos de esos que te guardas en la mesilla de noche, y abres el cajón de vez en cuando para recordarlos, e irremediablemente una sonrisa se te dibuja en la cara. Pero elegir uno es prácticamente imposible. Además, los besos que más recuerdas no tienen porqué ser los mejores.

Esto de los besos es algo compicado. Hay personas que gustan de los besos apasionados, con mucha lengua y mucho de todo, hay quién por el contrario los prefiere suaves, casi sin rozarse, y estoy convencida de que hay gente que no disfruta de los besos por miedo al contagio de alguna enfermedad.

Según el kamasutra hay 30 tipos de besos distintos. Yo, sólo distingo dos. Los que se acoplan a ti y fluyen (cosa difícil), y los que no se acoplan a ti. Independientemente de lo apasionados, suaves, cariñosos, o excitantes que puedan llegar a ser. Si encuentras uno de los primeros puedes llegar a tocar el cielo en 10 segundos, si no, pues no pasa nada, pueden ser igualmente placenteros y agradables pero no serán como los de Más Birras..., dulces..., como la miel.

miércoles, 6 de enero de 2010

Si es que tiene una que hacerlo todo...

Que nada, que se ve que los reyes tenían mucho trabajo o andaban un poco perezosos este año, porque ni me ha tocado la lotería, ni me han traído el novio que pedí. Eso sí, como deferencia personal por ser de las primeras en encribirles (como en los concursos en los que les toca un viaje a los 100 primeros), me han dejado una bonita nota en el buzón, que lo de subir tres pisos sin ascensor les parecía demasiado para la edad que tienen y bla, bla, bla.

Pues eso, que ni lotería ni novio, pero que lo del cuerpazo se puede arreglar si me lo curro. ¡Así yo también soy maga! En fin, que visto que lo tiene que hacer todo una, y aprovechando que mañana tengo que ver a Espe por otra reclamación a los reyes que nada tiene que ver con ésta, he decidido ir a buscarla al trabajo andando.

Según google maps, son 5 kilómetros justos desde mi casa hasta la puerta de su "oficina", y 5 de vuelta, así que toca sacar las zapatillas del armario y a caminar. Ya le he avisado de que iré con bolso y deportivas, y ya me ha contestado que ni se me ocurra ir sin tacones, que en su idioma quiere decir: por mí como si vienes en burka.

Tan en serio me he tomado los consejos de sus majestades que hoy me he saltado hasta el roscón. ¡Con lo que a mí me gusta la nata!

Ya se sabe. Propósitos de nuevo año y un poco de envidia de alguien que sabe perfectamente quién es. Veremos...

viernes, 1 de enero de 2010

Listado de cosas que ya me gustan del 2010

Los vestidos verdes
Las corbatas de Star Wars
Los besos y brindis
Las uvas peladas y sin pepitas
Las pipas de chocolate
Las frases de agradecimiento de una enana
El Marboré
El Anna de Codorniu
El maquillaje de Marta
El coche de papá
La superabuela
El Rock & Roll bien bailado
Mescalina mi amor
La cerveza
Vestirme de rojo
Las conversaciones absurdas
Y sin embargo
Las conversaciones no tan absurdas
Peces de Ciudad
Los coches aparcados en los que sentarse
Dormir
El café de mentira
Los saltos de esquí
Dar de comer a Natalia
Las vieras gratinadas
El paracetamol
Dormir la siesta con mi niño
Los trenes
La luna llena