miércoles, 9 de julio de 2008

¿Amigos?

Imagina que todos los días desayunas en el mismo bar.

Un día, has salido rápido de casa, y de repente, tienes ganas de ir al servicio, así que entras en el del bar. La puerta del baño, blanca normalmente, hoy es distinta, alguien ha escrito utilizando una llave la palabra ¡Hola!, así que sin saber muy bien por qué, decides hacer lo mismo. ¡Hola!, escribes.

Sigues desayunando todos los días en el mismo bar, pero has olvidado la anéctoda, sin embargo, un día sin saber por qué, la recuerdas y vuelves a entrar en el servicio. Descubres con asombro que debajo de tu ¡Hola! pone: Me llamo Isabel ¿y tú?

Respondes, y al día siguiente sientes que tienes que comprobar si estás soñando o esto es real, así que lo primero que haces al llegar es comprobarlo. Te ha contestado, asombroso, así que sigues escribiendo.

Poco a poco, va surgiendo una conversación más interesante. Al principio, utilizando la puerta, después, mediante notas escritas escondidas..., se va forjando una amistad. Todos los días, esperas con ansia el momento de entrar a hablar con ella, aunque a veces no hay respuesta, tarda 2 o 3 días, incluso una semana, nunca más tiempo.

Se convierte en tu confidente, y tú en la suya. Os contáis cosas que nadie sabe y un día decides que ya es hora de conoceros en persona. Esperas su respuesta a tu anterior escrito antes de hacerlo, pero esta no llega. Pasa un día, dos, una semana, dos semanas, un mes. Y de repente, sabes que nunca volverá.

Te atormenta la idea de que no quiera seguir siendo tu amiga, pero te atormenta más la idea de que haya tenido un accidente, o una enfermedad o que haya tenido que viajar repentinamente sin avisarte. Y te das cuenta, de que nadie de los que la quieren te conoce, nadie va a avisarte si le ha pasado algo, y no es justo, porque sois amigas, y la quieres.

Al fin y al cabo, tú no existes, no eres nada en su vida, en su entorno, a pesar de que ella, es mucho en la tuya.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué historia más chula...

Un beso

Justo

Anónimo dijo...

Yo, mientras no me pille el camarero, pienso seguir engorrinando la puerta de lo que sea para saludarte.

Abrazo fuerte.

carpo

Anónimo dijo...

En otro contexto he sentido lo mismo y es un sinvivir, pero, recalco, en otro contexto. Jamás de los jamases se me ha ocurrido, se me ocurre o se me ocurrirá pintarrajear puertas, paredes o ascensores, q sé yo, ni ajenos ni propios. Es una de esas cosas q no me entra en la cabeza.

Thalía dijo...

Ehhh, que yo no pinto las puertas, jajaja, es un símil.

Carpoooo, que ilusión, jajaja. Tú saluda, saluda, que yo respondo.

Un besote

Anónimo dijo...

Así que eras tu una de las que me ha destrozado la puerta del baño?
Pues nada, que sepas que te mando por mail el cargo de arreglarla.

Jaaajajajja.

P.D: En la vida hay mucha gente que entra sin saber porque, y desaparece de la misma manera...otros se quedan, otros fluctuan...otros siempre están ahí.

Besos.

Alhuerto.

Mar D. Ferrer dijo...

Bonita historia Ana y triste. Reconozco esa sensación y de verdad que es angustiosa. Algunos amigos se van de repente pero siempre llegan otros y sobre todo siempre nos queda el recuerdo agradable de los que estuvieron y que, quien sabe si algún día volverán a estar.

Un besi

La Lola dijo...

Se que algunos se van y vienen nuevos, pero no deja de entristecerme que se vayan. Reconozco que los cambios cada vez me gustan menos....Se que así es la vida y son necesarios, pero no me gustan nada....Un beso Anita.

Jo, que fotos he visto, de la floreta y tuyas jeje

Thalía dijo...

¿Dónde Lola, dónde? Confiesa!!