lunes, 1 de octubre de 2007

El gato Ramón


Era gata. No entiendo muy bien por qué, pero fue bautizada como "El Gato Ramón", debe ser porque con solo nombrarla mi perrita se tenía que morir del susto. Al fin y al cabo, Nuka es un labrador retriever, y los labradores retriever de normal son bonachones, les darían el premio Nobel de la Paz de los perros y puedo asegurar que Nuka es pura raza.
El caso es que estábamos dando un paseo por Ansó, cuando de repente apareció. El Gato Ramón, se lanzó implacable contra Nuka, sin que ésta hubiera hecho nada, y por supuesto sin que a partir de entonces, hiciera nada para defenderse, salvo esconderse detrás de Raul.
Raul, el pobre, fué el más damnificado. La gata "El Gato Ramón", le arañó la pierna, y no contenta con ello, le mordió. Raul agitaba las piernas, sin conseguir que el Gato Ramón, se soltara y ante la mirada de pánico de Nuka, que se había soltado de la correa y contemplaba la escena desde lo alto de la cuesta.
El Gato Ramón había sido mamá. Se sintió amenazada, y atacó. En aquel momento no la entendí. Nuka ni había hecho nada, ni intención tenía de hacerlo. Ahora 5 años más tarde, la entiendo. Las que somos un poco Gato Ramón, sacamos las uñas cuando nos sentimos amenazadas, utilizadas o pisoteadas. Solo espero que no me pase como al Gato Ramón, y no me precipite.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uf... eso es lo que llamamos instinto, no?... :-)

Lo mejor, casi siempre, es tomarte tu tiempo y pensar antes de "atacar"... pero a veces crecen las uñas sin darte cuenta y ya te has avalanzado contra lo que sea, ¿verdad?

Besito.

poetabululu dijo...

Desde luego, dicen que no hay mejor defensa que un buen ataque...
Pero pobre Nuka! Con lo buenos que son esa raza de perros...

Besito, Ana -y que no nos sintamos tan agobiadas como el Gato Ramón, para no tener ese tipo de respuesta tan visceral, ja, ja, ja...-