martes, 8 de diciembre de 2009

Amores eternos (que duran lo que dura un corto invierno)

No hay mal que 100 años dure, dice el refrán, y además, yo me he vuelto una incrédula. Si hace un año me hubieran preguntado si creía en el amor (en el amor romántico me refiero), habría respondido que sí, que por supuesto. Habría explicado que no sólo creía en el amor, también en que una persona era tu media naranja, el hombre (o la mujer) de tu vida, y que cuando la encontrabas era imposible volver a conocer a alguien que te hiciera sentir algo parecido. Ahora, sencillamente, es que opino que antes creía muchas chorradas.

Esto, como casi todo, tiene un doble efecto: uno positivo y otro negativo, como una ecuación de segundo grado de las que aprendíamos en el instituto.

El negativo, es la falta de ilusión. Si crees que el amor de pareja (y no hablemos ya del eterno), no existe, y que al final de lo que te enamoras es de un sentimiento, de un ideal, de un estilo de vida, etc., es fácil no ilusionarte con nada, y eso, es un poco triste, porque pierdes algo del niño que llevas dentro a cada paso.

El positivo, es que es muy difícil que te hagan daño. Si sabes que cualquier relación tiene fecha de caducidad, seguramente la vivirás con menos traumas y aprovechando cada momento disponible al máximo, y cuando termine, te sentirás menos triste porque, a pesar de todo, ha merecido la pena (salvando casos extemos).

Por eso, y por muchas otras razones, hoy he conseguido lo que parecía imposible. Renunciar a algo que me gusta, ser sincera conmigo misma y hacerlo con una sonrisa. Porque no pasa nada, porque no es eterno, porque todo termina, porque no es para siempre.

2 comentarios:

Yo dijo...

Hay veces que tenemos que renuciar al algo o a alquien por razones ajenas a nuestra voluntad o porque sabemos que al final todo eso no nos llevará a buen puerto, pero yo soy de las que a veces dice: para lo que me queda en el convento,jeje

un saludo

La Lola dijo...

Se dice que no hay nada que dure para siempre¡¡¡No se??? se dicen tantas cosas y cada uno cuanta la fiesta como le va con lo cual las experiencias de otros no nos valen.
Así que tu misma, lo que en este momento te haga sentir bien, lo que tu cabecita y tu corazón digan, mañana igual no lo ves así ¿qué más da? mañana será mañana...