miércoles, 28 de diciembre de 2016


Cada mañana al despertar
pongo la lavadora,
en ella meto siempre las mismas prendas
del derecho
del revés.
Primero las de un color
y luego las de otro.
Al día siguiente
invierto el orden.
Es estúpido porque todo se mezcla
todo está limpio
limpio, casi cristalino,
sin embargo
a la mañana siguiente
vuelvo a ponerla
una y otra vez
en un ciclo de lavado sin fin,
que desgasta calcetines
le quita el color a la ropa
y hace que se pierdan cosas.
Todos los días
sueño con el momento
en el que se estropee.
Ese día,
no pienso llamar al técnico.

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