viernes, 9 de diciembre de 2016

Fluye



Haz memoria.

Trata de recordar.

Seguro que hubo un tiempo en el que sin pensarlo, te dedicaste a fluir. Como las aguas de un río que se dejan llevar por el cauce. Sin estancarse. Lo que se estanca se ensucia y hay que limpiarlo o se queda sucio para siempre, cada vez más, hasta que la naturaleza lo seca y sólo queda un rastro de porquería.

Fluye como hacías entonces.

Quizás fue cuando te enamoraste, o cuando conseguiste aquel trabajo que tanto te ilusionaba, o cuando tuviste tu primer hijo. No sabías lo que te esperaba pero te dejabas llevar.

- ¿Dónde vamos?
- No lo sé, fluye.

Y a veces salía mal, y a veces salía bien.

¿Te acuerdas?

¿Cuándo empezaste a estar pendiente de la hora que era?

¿Cuándo a mirar el tiempo que hacía?

¿Cuándo comenzaste a revisar una y otra vez el extracto de tu cuenta bancaria?

Fluye, sólo fluye.



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