lunes, 12 de abril de 2010

Si hay que ir..., se va



Tres días. Sólo faltan tres días para los tres años, pero no pienso estar hasta el día 16 sin escribir en el blog. Volveré a hacerlo entonces..., si me acuerdo.

Este post, se podría llamar: "esa cobardía", pero voy a ser un poco benevolente conmigo misma, que mirado desde una perspectiva objetiva, el resultado fue bastante decente.

La subida al Moncayo, no es especialmente difícil, sobre todo si tienes algo de práctica en senderismo, pero los elementos a veces están contra una, así que nada que objetar.

A pesar de que en el santuario se podía estar en camiseta (mejor de manga larga), y pantalón corto, cuando llegas al circo de S. Miguel hace frío. Comienzas a ver a la gente que asciende y desciende con guantes, braga, polares y pantalones de montaña y piensas: estoy haciendo el canelo.

Venga, un poco más, un poco más, y entre la falta de aire, los comentarios de los vecinos de ruta (¿dónde va en pantalón corto?) y las piernas largas del que camina a tu lado, llega un momento en el que decides que mañana será otro día.

Poquito faltó, probablemente lo más fácil, porque al final de ésas rampas, había un llano que permitía descansar antes de afrontar la última subida, pero es cierto que dicen que hay que dejar algo para volver..., para nadar en un jacuzzi, para comprar aceite y chuletón, y para "averronchar" el Moncayo.

Prometo cargar con la mochila.

1 comentario:

Aureliano Babilonia dijo...

Siento que tu compañero tuviera las pienas tan laaargas, pero podías haberle pedido un poco de ayuda,¿no?.

Y recuerda que sólo vale "averroncharse" en rocaje vivo.

Besos, J.