Se llamaba (se llama) Yoli. Pelirroja, amante de el rock duro y de Sabina, inteligentísima y mi mejor amiga del instituto. Íbamos juntas a todas partes, y hoy me he acordado de ella.
La he vuelto a ver con la lengua fuera dentro del aula a la hora del descanso intentando fumarnos un cigarro y casi sin poder, después de habernos desgastado para aprobar el exámen de Educación Física de 3º de BUP. El test de Couper.
Creo que fue la última vez que me lancé a correr, por un motivo distinto al de coger el autobús. Y hoy 19 años después, he vuelto a hacerlo.
A ver, no es que todo este tiempo haya estado totalmente sedentaria, he tenido temporadas de 3 meses en el gimnasio. Alguna clase de step o aerobic, algo de batuka, y un intento frustrado de meterme en la sala de fitness, es todo lo que he conseguido hacer. Hasta hoy.
Tenía la necesidad de moverme un poco, porque voy del coche a la silla de la oficina y viceversa, así que me lo planteé. Una buena compañía y un poco de fuerza de voluntad han hecho el resto. Así que me he calzado las zapatillas, he dejado el móvil en casa y me he ido al parque.
Para ser el primer día no me quejo. Han sido un par de kilómetros aproximadamente y luego unas series de abdominales, pectorales y poco más.
El balance que hago es positivo. No me he parado ni una sola vez, cosa por la que no apostaba en absoluto y además luego he disfrutado de la maravillosa sensación del deber cumplido. Repetiré... ¡tengo que amortizar las zapatillas!
Estos no corren, estos saltan, cosa que tampoco está mal.
1 comentario:
si no quieres que quedé en una anecdota agradable, en unas agujetas molestas que ya pasarán, a ponerse las pilas los dias que no tengas ganas...un beso, atleta
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