martes, 11 de agosto de 2009

Estado contemplativo



Estoy sentada en una roca en Tamadaba, en silencio, mirando al frente y fumando un cigarro. Frente a mí, el sol, amarillo intenso, se deja observar y no duele. Justo debajo de él, recibiéndole, la majestuosa silueta de la isla de Tenerife, presidida por la montaña perfecta; no, por el volcán perfecto, un Teide que yo observo prácticamente equilátero.


Alguien que no conozco, comenta que Tenerife es la isla más bonita, pero que Gran Canaria tiene las mejores vistas. Supongo que es tinerfeña, porque las dos afirmaciones son básicamente la misma.


Yo, lo único que sé, es que mis ojos están contemplando el atardecer más bello que jamás he visto. El sol sigue escondiéndose tras el volcán, y debajo, le espera un mar inmenso tapado casi en su totalidad por otro: el mar de nubes.


Si las miras bien, - las nubes - parecen ovejitas, todas en fila que avanzan lentamente una tras otras, despacio, sin dejar el rebaño. Si te fijas mejor, ves las nubes pintadas por un niño pequeño, con sus bordes blancos de algodón y el interior de un azul bellísimo. El pinar, verde intenso, y el sol, ya escondido, tiñe de naranjas y rojos las líneas paralelas al horizonte. Es un festival cromático.


Cena rápida de sanwitch, zumo y queso para ir corriendo a la roca de la cobertura. La luna, casi llena hoy, todavía no ha aparecido y aún nos permite disfrutar de la oscuridad de la noche para contemplar las estrellas. Tumbados, vamos identificando las más fáciles: osa mayor, osa mayor, y hay quien se aventura a reconocer el cinturón de Orión.


La conversación va de lado a lado, tocando todos los palos: desde la existencia de Dios, hasta la realidad de lo que estamos viendo, pasando por temas mucho más vanales.


Observo, fumo, converso. La luna aparece y nos obliga a apagar las linternas para contemplarlo todo con su luz. Es hora de volver, tumbarse y cerrar los ojos. Mañana será otro (gran) día.

10 comentarios:

josman dijo...

bueno, aquí puedo leer sobre alguien que tiene paciencia y le va eso de la contemplación...vale todo muuu bonito, pero y ana, donde se mete??

:0)


pd.-feliz cumple a la chica de los deseos originales

La Lola dijo...

Yo creo que Ana debe estar metida en ese mar de nubes, dando vueltas y pensando. La estaba viendo desde enfrente y creo que se mimetizó con el paisaje.
Una bonita descripción de un atardecer maravilloso, de esos que sólo hay aquí en Canarias.
Me alegra que tu visita haya sido un éxito.
Un beso

Alhuerto dijo...

No se porque te leo y te veo perfectamente disfrutando de esos momentos.
Supongo que necesitabas tranquilidad y descanso de una vez. Algo relajante y sin agobios, ni perocupaciones, ni comeduras de cabeza.

Te veo como dice Lola, perdida...flotando entre las nubes.

Un beso.

Mara Jade Garland dijo...

¡Qué suerte tienen algunas!

Olinda dijo...

Que maravilla Ana, gracias por compartirlo con nostotros

Besos grandes

Con vistas al jardín dijo...

Es una pena que muchos de los que vivimos aquí en Tenerife, pasemos por alto esos atardeceres y no los disfrutemos de esa manera tan intensa en que lo haces tu.


Un saludo

Labegue dijo...

La verdad es que ha sido una gozada, todo el viaje. He visto cosas preciosas, he leído un montón, he jugado al trivial y a la ronda, he descansado y he gozado de la mejor compañía.

Ahora a soñar con la próxima

Besos para todos

PD.- Mara, te hubiera encantado, ya sé que eres "observadora del cielo"

Seda dijo...

Preciosa puesta de sol, sí señora. Ante eso lo único que se puede hacer es quedarse muda.

Mara Jade Garland dijo...

¡Jajaja! Seguro que habría flipado, sí. Además ya sabéis cuánto me gusta "Amanece que no es poco" y es bastante probable que, emulando al gran José Sazatornil "Saza" al final de la peli, me hubiera liado a tiros (o en mi caso, pedradas) contra el sol exclamando la mítica frase:

"¡Esto es un Sindiós! ¡Cawen el Misterio!"

Mara Jade Garland dijo...

Por cierto, ¡bienvenida!