lunes, 27 de octubre de 2008

Sin destinatario

A veces, me convierto en una sombra, buscando el cuerpo al que pertenezco. Me equivoco, y te persigo sin remedio y me das una patada, o me pisas la cabeza sin que mi pie imite el mismo movimiento.

A veces, sólo a veces, cambio de persona, a ver si encajo y puedo andar con ella al unísono, como en un baile perfectamente acompasado que para si quisieran los protegidos de la Igartiburu.

Y no lo consigo, y rabio, y odio, y pataleo y lloro como una niña mientras mis lágrimas ruedan por la calzada camino de la alcantarilla más próxima.

Entonces, me paro a ver pasar a la gente, y a esperar bajo el sol a que aparezca mi silueta antes de desintegrarme.

Pero pasas tú, y aunque me he esposado a una farola con los hilos robustos del olvido, no puedo evitar mirarte y soñar con que algún día caminaremos con el mismo paso.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero que no te vea mirar jamás!

Si tu supieras dijo...

Y sigues viviendo.Hoy eres una,mañana otra..crees q la esencia es la misma,pero en el fondo no estás segura,y en algunos sitios paras,en otros pasas de largo...y a tu alrededor suceden cosas algunas te importan,otras no;respiras y contienes la respiración en la misma fracción de segundo....y sigues viviendo....

Un beso guapa,me encanta tu faceta de "escribidora",jejejeje

Anónimo dijo...

Relatas muy bien...me encantó tu post.


Besitos

La Lola dijo...

Nunca se camina con el mismo paso, cada uno tiene el suyo y ahí radica lo verdadero....."Juntarse con distintos pasos."
Un beso