Fin de semana de buenrollitina. Y es que Seda me salvó dos veces con un "¿Dónde vas kinkona?". La primera el viernes, adelantando su viaje evitando así que aprovechara la noche para hacer locuras poco convenientes, y la segunda el sábado, negándose a usar mis llaves de casa ella sola, que para algo era yo la anfitriona y no hubiera estado bien hacerle ese feo.
Además, dosis elevadas de buenrollitina en el cuerpo otorgada mediante conversaciones divertidas, litros de coca-cola ligth, fotos de carcajadas que no me permite publicar, comida preparada aún antes de que yo dejara que Morfeo abrazara a otra y muchas cosas más.
Yo se lo pagué con besos. Muchos besos. Y es que me dio cariñosa. Siempre me da cariñosa. Como dice la bruja mayor, a una siempre le da de lo que es en realidad. A ella, le dio dolor de cabeza..., será la falta de costumbre.
Como plato fuerte Riki López. Divertido hasta decir basta. Volvimos a casa con 150 arrugas más y dolor en las mandíbulas de tanto reirnos. Un brindis por los 2 años con Aureliano de testigo, y una cena en el aire. Porque yo iré, pero ella vendrá conmigo. Y volveremos a brindar..., por los que nos odian.
Y hasta la próxima. Espero que sea pronto, y a ver si puedo devolverle todo lo que me da.
Gracias nena.
3 comentarios:
Si es que Labegue no hay más que una... y me tuvo que tocar a mí ;)
Ya me lo das, tranquila.
A pesar de andar todavía curando las heridas que la fusta (queda más erótico-poético) de vuestra indiferencia han causado sobre mi ego, me alegro de que lo pasarais tan bien.
Ah!!!, mísero de mi...
Ah!!!, infelice...
Snif, snif, snif
PD: pensaba poner otro snif pero no quedaría serio esto.
Carpito, en mi rancho decimos... el que teniendo cama duerme en el suelo, no hay que tenerle duelo.
O traducido... menos hacer de bombero (al menos saldrás en algún calendario erótico, digo yo) y más hacer escote con las amigas.
Anda, anda, suénate los moquillos.
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