viernes, 26 de febrero de 2010

Pensamientos de un viernes por la noche

- De las innumerables etiquetas que me cuelga el personal hay una que se debe acercar bastante a la realidad: extremista. Es cierto qeu además, soy capaz de lo mejor y de lo peor. Puedo irme del curro sin vender un clavel o sacar 1200 euros..., que ya son botellas.

- Menos mal que no soy rencorosa, porque últimamente estoy teniendo unas ideas que ni yo misma imaginaba. Y no estoy segura de que me guste. Eso sí, a todo cerdo NO le llega su S. Martín, ¿verdad S.?

- Hay una verdad universal que dice que el día que estás con la regla y vas sin depilar, ligas seguro. Yo me sé una parecida y la he vivido ya en varias ocasiones.

- Me encantan los primeros días de primavera aunque todavía no estemos en primavera. Sol, calorcito y aún sin atreverse a quitarse el abrigo. Además, me viene bien para recordar que tengo que adelgazar sí o sí.

- Me sigue tocando las narices que yo no sea la persona de mi familia que sabe ir a los sitios por el camino más corto, grrrrrr.

- No valgo para las rebajas. Ya está comprobado. Se me van los ojos a lo nuevo y no puedo hacer nada por reconducirlos.

- Flipo con que los jubilados se monten timbas de rabino en el Pans and Company de la Plaza Aragón un viernes a las 8 de la tarde. Se ha convertido en un Fast Food a la española.

- ¿Por qué los viernes por la noche que me quedo en casa estoy tan agotada y cuando salgo no? Misterios de la vida.

Voy a poner una canción, y ya es la segunda vez que la pongo en este blog:

miércoles, 24 de febrero de 2010

Recordándo-¿te?

Hoy he estado leyendo aquellas cartas que me enviaste y recordando las infinitas veces que me dijiste "te quiero". He rememorado los momentos en que decías que era maravillosa y cómo se te llenaba la boca cuando hablabas a los demás de mis virtudes. He recordado tu afán por hacerlo siempre todo conmigo, por estar a mi lado.

También he recordado tus abrazos. Esa forma que tienes de hacerlo tan maravillosa, esa fuerza que le ponías a cada uno de ellos, como si fuera la última vez que ibas a verme. La manera en que me mirabas y acariciabas mi cara dejando asomar una sonrisa a tus labios carnosos. He estado recordando como cada lugar era el mejor e incluso el único para que nuestros cuerpos se llenaran de pasión, de lujuria, de sudor.

Hoy te he estado recordando. He vuelto a vivir las reacciones que se producian en tu cuerpo al verme, tu virilidad salvaje.

Hoy he recordado tus detalles infinitos. Tu forma de despertarme cada mañana con un "Buenos días preciosa". Me hubieras regalado todos los regalos, me hubieras bajado la luna si hubieras podido. Hoy he recordado lo que significa que te quieran.

Hoy te he estado recordando. Tus besos, suaves, sensuales, perfectos. Tu forma de acariciar, tu interés al escuchar.

Hoy te he estado recordando y he pensado que es una lástima que Tú no seas una sola persona.

domingo, 21 de febrero de 2010

Buenrollitina

Fin de semana de buenrollitina. Y es que Seda me salvó dos veces con un "¿Dónde vas kinkona?". La primera el viernes, adelantando su viaje evitando así que aprovechara la noche para hacer locuras poco convenientes, y la segunda el sábado, negándose a usar mis llaves de casa ella sola, que para algo era yo la anfitriona y no hubiera estado bien hacerle ese feo.

Además, dosis elevadas de buenrollitina en el cuerpo otorgada mediante conversaciones divertidas, litros de coca-cola ligth, fotos de carcajadas que no me permite publicar, comida preparada aún antes de que yo dejara que Morfeo abrazara a otra y muchas cosas más.

Yo se lo pagué con besos. Muchos besos. Y es que me dio cariñosa. Siempre me da cariñosa. Como dice la bruja mayor, a una siempre le da de lo que es en realidad. A ella, le dio dolor de cabeza..., será la falta de costumbre.

Como plato fuerte Riki López. Divertido hasta decir basta. Volvimos a casa con 150 arrugas más y dolor en las mandíbulas de tanto reirnos. Un brindis por los 2 años con Aureliano de testigo, y una cena en el aire. Porque yo iré, pero ella vendrá conmigo. Y volveremos a brindar..., por los que nos odian.

Y hasta la próxima. Espero que sea pronto, y a ver si puedo devolverle todo lo que me da.

Gracias nena.

viernes, 19 de febrero de 2010

Hoy toca...

Vestirse con la mejor sonrisa.

Beber coca-cola ligth hasta la madrugada.

Darle la vuelta al mundo con palabras.

Olvidarse de los encantamientos.

Sacar los cubiertos de plata.

Y brindar por 2 años.

Hoy toca hacer la ruta. Y mañana también.


viernes, 12 de febrero de 2010

La venganza de Elena

Vivía sola, tenía cuarenta y tantos años y estaba harta del amor. Bueno, en realidad vivía con Valentín y de lo que estaba harta era de aguantarlo, pero a ojos de todos Elena vivía sola.

No entendía muy bien que la gente no lo viera, tan rubio, tan eternamente joven, tan guapo, tan ricitos, tan... malo. Era de esos hombres que saben fingir delante de los demás lo que no son, como esos asesinos desalmados a los que luego sus vecinos describen como unas bellísimas personas que nunca han tenido un problema con nadie y que saludan amablemente en el ascensor. Tan bien lo hacía, tanto fingía que todo el mundo lo llamaba San Valentín.

Ella tenía claro que no era así. Ella vivía con San Valentín - o al menos hablaba con él - y le parecía todo menos santo. El muy canalla se había pasado la vida desviando las flechas del amor que debían estar dirigidas a ella, y clavándole hasta lo más hondo las que no quería. Y encima se choteaba.

Se lo pasaba bien el tío. Cuando pasaban por la vida de Elena hombres interesantes, buenos partidos, simpáticos, amables y divertidos, Valentín disparaba al corazón de estos hombres pero no al de ella. ¿Tan difícil era hacer un quiebro y darle también a ella para que fueran felices, comieran perdices y tuvieran churumbeles ruidosos a los que intentar domar? Era su trabajo, lo había hecho en innumerables ocasiones. Historias de amor fantásticas que terminaban con el primer beso - nunca contaba nada más, no fuera a ser que la rutina rompiera el encanto y le obligara a reconocer un fracaso-. Lo hacía tantas veces... ¿Por qué había elegido a Elena para ser el bufón de la corte? No era justo.

Llevaba años maquinando, ideando estrategias para pillarle en un descuido. Para robarle las flechas que el custodiaba bajo siete llaves al principio y con reconocimiento de huella dactilar ahora, que la tecnología avanza y no es cuestión de desperdiciarla.

Y un día se le ocurrió. Le había visto hacerlo mil veces. Verter palabras de amor dulces en los oídos de los enamorados, colocar gafas invisibles en los ojos de ellas que impidieran ver los defectos físicos de los hombres a los que miraban, modificar las listas de reproducción de los bares de copas para que sonara la canción que haría que ambos se fundieran en un beso eterno de 40 segundos. Pensó que podría hacer lo mismo. Lo haría con él. Enamorar al santo.

No sería difícil. Llevaba años hablando con Valentín, reprochándole su falta de delicadeza con ella, escuchando sus burlas. Lo conocía perfectamente. Sabía sus gustos. Lo haría. Y cuando él estuviera a su merced, le robaría las flechas y las usaría a su antojo, haciendo y deshaciendo parejas por doquier y disfrutando del placer que supone ser portadora de sueños.

Lo hizo poco a poco. Disfrutó con cada avance. Sonrió cada vez que él se sonrojaba. Saboreó cada pequeña victoria y el 14 de Febrero decidió que estaba preparada.

Lo consiguió. Tuvo las flechas en su poder. Las acarició en su mano y cerró los ojos. Se clavó la primera y la segunda, fué a parar al corazón de su amado. A Valentín le pilló por sorpresa, no le dolió demasiado el pinchazo, pero comprendió que Elena, jamás podría amar a ningún hombre porque estaba enamorada de él. Estaba enamorada del amor.

jueves, 11 de febrero de 2010

En el caso de que...

En el caso de que de aquí al domingo se cruzara por delante de mí un apuesto caballero que se enamorara perdidamente de mí, y yo le correspondiera perdidamente también, me gustaría que:

1.- Me recogiera en mi casa el domingo por la mañana y me llevara a Buenos Aires a bailar un tango.

2.- Una vez bailado, querría que voláramos hasta París en un avión privado y degustáramos una comida en el Maxim's.

3.- Tomáramos el café en Venecia, en la plaza de S. Marcos y pudiéramos hacerlo en manga corta.

4.- Viajáramos a una playa paradisiaca para pasar la tarde haciendo snorkel y leyendo debajo de una palmera.

5.- Fuéramos a cenar a un restaurante de Texas en el cual hubiera un toro mecánico en el que yo me subiría después de ganar un concurso de camisetas mojadas.

6.- Pasármos la mitad de la noche en una Masía de Girona cantando canciones de Sabina y bebiendo cerveza y la otra mitad la disfrutáramos tumbados en frente a la cola de caballo de Ordesa viendo las estrellas

7.- Despertáramos en un hotel de cama king size y yacuzzy de pétalos de rosa.

Es una combinación, cualquier otra parecida o diametralmente opuesta me sirve igual.

domingo, 7 de febrero de 2010

Comienza la semana del amor

Comienza la semana del amor. El domingo es S. Valentín, esa fecha en la que parece que cupido por arte de magia aparece en los sueños de todos los que tiene pareja y les recuerda que una vez, al menos una vez en su vida, sintieron algo por la persona que tienen a su lado.

Este S. Valentín, es un poco cabrón. Y muy vago. El tío se tira todo el año sin hacer nada y en un día pretende hacerlo todo. Y así le va. Divorcios, desencuentros, crisis de pareja día sí, y día también. Pero él se consuela pensando que por un día, todo vuelve a ser rosa, los pajaritos cantan, las nubes se levantan y demás.

Por lo general todo el mundo reniega de esta celebración, argumentando que es una fiesta totalmente comercial y consumista y que el amor debe demostrarse a diario y bla bla bla. Sin embargo, lo cierto es que funciona. Intentas reservar una mesa para cenar el fin de semana más próximo al 14 de Febrero y es imposible, los escaparates están llenos de corazones rojos y las perfumerías y joyerías se llenan de gente.

Porque claro, en S. Valentín no vale regalar cualquier cosa. Hay que echar el resto. Hay que despertar a la pareja con el desayuno en la cama, hay que escribir tarjetas con poemas y frases cursis que apañen lo que no se ha hecho el resto del año. Y ¡hala!, a funcionar.

Sirva este post para decir que queda inagurada la semana del amor en este blog, y que pretendo quitarle el romanticismo a todo lo romántico. Si tengo tiempo y ganas o no, eso es otro cantar.

Os dejo una canción para abrir boca:

...

Fumaba. Estaba tumbada en el salón con un cigarrillo en la boca haciendo tiempo. Había escapado de él en el momento debido y él la había dejado escapar. Ahora estaba allí, desnuda, con la mente en blanco y mirando fijamente el reloj que hacía mucho tiempo que ya no marcaba las cinco y veinticinco.

¿Qué haría cuando lo apagara? Por una parte quería volver. A lo lejos escuchaba su respiración, cada vez más profunda, signo inequívoco de que él estaba cada vez más cerca de sus sueños que de la realidad, pero no sabía si soportaría su cercanía en la cama, su desnudez descarada rozándole sin querer hacerlo.

Apagó el cigarro perdiendo más tiempo que de costumbre y teniendo cuidado de hacerlo bien y permaneció un minuto más tumbada. Después, se levantó despacio, y se encaminó a la habitación lentamente, procurando no hacer ruido.

Metió las sábanas por debajo del colchón aún sabiendo que iban a volver a salirse, cómplices en una posible huída, dejando los pies libres y listos para salir corriendo, y se tumbó a su lado, dándole la espalda. Él dormía y ella intentó hacer lo mismo.

Cuando estaba a punto de conseguirlo, él puso una mano en su cintura, descendió hacia los muslos pasando por las caderas y cuando llegó a la rodilla, volvió a subir acariciando sus nalgas, y recorriendo todo el costado hasta aparcar a la altura del pecho.

Entonces ella se giró y lo miró. Dormía, sí, él dormía, y ella sonreía.

jueves, 4 de febrero de 2010

La llamada

Ringgg, ringgg, ringggg..., al sexto tono por fin, oigo al otro lado:

- ¿Si?

- Hola F.

- Noooooooooooo, noooooooooooo, noooooooooo (chillando)!!!!

- Jo, F. sueño con el día en el que al reconocer mi voz, contestes: ¡hola cariño!

- Jajajajaja. Es que me pillas en una fundición.

- ¿Pero tú no tenías una galería de arte?

- Sí, pero también hago las esculturas.

- Venga, que te llamo en otro momento, ¿vale corazón?

- Sí, sí, la semana que viene.

- Adióssss, un besicooo.

En ese momento, se vuelve M. y mirándome me pregunta:

-¿Qué tienes tú con ese tío?

- Nada mujer, me cae bien.

- Ya claro...

- Tiene una voz bonita

- Ya, ya.

- Y..., joder, que me ha dicho que estaba en una fundición y me lo he imaginado con el torso desnudo, sudoroso, manchado....

- Jajajaja.

- Jajajaja

Eso es lo que me pasa por trabajar sin calefacción..., pies fríos, corazón caliente.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Cuando tú no estás

Mi vecina del segundo
escandalizada está
qué bien lo paso contigo
cuando tú no estás.

No pongo la lavadora,
el reloj sólo me da
para disfrutar contigo
cuando tú no estás.

Conjugo verbos prohibidos
todos los que acaban en ar
qué bien que lo paso contigo
cuando tú no estás.

Duermo desnuda en tu cama
mientras oigo a Barry White
cómo disfruto contigo
cuando tú no estás.

Mis dedos son de pianista
mi ombligo parece un flan
si me divierto contigo
cuando tú no estás.

Si un día me pides cuentas
no te las pienso pagar
que me quiten lo bailado
cuando tú no estás.