No puedo decir que viera toda mi vida pasar en un segundo, ni tampoco que pensara que realmente corría peligro, pero cuando ví las llamas subir por encima de la campana extractora me asusté de verdad.
Tuve que llevar precipitadamente a los niños a casa de la vecina, porque la casa estaba llena de humo, y mientras abría todas las ventanas, limpiaba y tosía, tosía y limpiaba lamentándome por ser tan idiota.
Y todo esto viene por mi despiste patológico. Cuando tenía 13 años, los profesores les dijeron a mis padres: enhorabuena, su hija tiene capacidad para ser en la vida lo que quiera, pero lamentablemente no será nada, porque es muy perezosa y además muy despistada. Y bueno, tenían razón. Pero hasta ahora no era una cosa que me hubiera preocupado.
Pase que me he dejado el bolso en el autobús más de una vez. Pase que me atracaran a punta de pistola por no recordar que tenía que cerrar la puerta. Pase que lleve 2 años sin revisarme el DIU porque perdí la cita médica y pase que me vaya de viaje y pierda el billete de vuelta en el autobús, por citar alguna de las últimas, pero jamás había puesto en peligro a los míos, ni mi casa.
Hoy no me quito esta canción de la cabeza.
7 comentarios:
A mi esta canción me daba miedo y me ponía triste, con el tiempo reconozco que es una gran canción, pero aún me altera un poco. XD
"2 años sin revisarme el DIU porque perdí la receta médica"
Y el telefono del medico tambien?? Jajajajaja.
Los más inteligentes solemos ser los más despistados y desordenados. ;)
Besos, no me acuerdo de cuantos.
Anita querida, yo soy también muy despistada y cada día más, utilizo mis estrategias porque ya lo se. Te cuento, por ejemplo si enciendo la estufa para ducharme, cuando termino, por norma...la apago y lo hago haciéndolo consciente, es decir pensando estoy apagando la estufa, así después se que lo he hecho, porque también me he ido de casa sin saber si estaba apagada o no y tengo el techo de madera, he tenido que llamar a mi tía que tiene llave y vive cerca para que fuese a mirar. Te cuento todo este rollo para que te busques estrategias, algunas a mi me funcionan.
Y me alegro que lo de tu cocina sólo fuera un susto. Verá como ahora por lo menos con ese tema tendrás más cuidado. Un beso guapa
A ver, que hay que explicarlo todo. Perdí la cita, y durante un tiempo lo olvidé, cuando llamé al Servicio de Planificación Familiar, me dijeron que el sistema de citación había cambiado y que tenía que ir al médico de cabecera para que me derivara al ginecólogo y éste sería quién me mandaría a planificación familiar, para hacerme por fin la puñetera revisión.
Fuí en Septiembre de 2007, me han dado cita para el gine, en octubre de 2008..., y luego me tienen que mandar a planificación, vamos, que cuando me lo revisen lo mismo me lo quitan directamente porque solo se puede llevar 5 años.
Por cierto, creo que ya he perdido la cita para el gine. jejeje
Esto daba para un post ¿no?, uno sobre la Seguridad Social, sí.
Gracias por los consejos Lola.
Un beso a los dos, bueno, uno para cada uno.
Ana
No veo la canción pero sí que he podido leer el textoo...
Anaaaa, seguro que ha sido sin querer, no te tortures de esa manera!!!!
¿Te veré mañana? Un beso gigante.
Vanessa
Bueno, sólo fue un susto, me alegro de que no pasara nada grave. Y por lo de los despistes, tranquila, Alhuerto tiene razón, el despiste y el desorden son típicos de personas inteligentes que suelen tener la cabeza en cosas más importantes. Conozco algún caso que te dejaría pasmá.
Un besito guapa
Ojalá Vanessa, nos viéramos mañana, pero imposible. Otra vez será. Que lo paséis muuuu bien por los madriles.
Un besazo.
Todos tenemos nuestros despistes. Yo una vez me fui de compras y deje en el fuego una cafetera de esas italianas... cuando volvi, desde el portal se olia a quemado y habia humo por toda la escalera, y yo pensando: quien sera el vecino que ha hecho esto? Me costo un mes quitar el olor de la casa, no se incendio todo de milagro porque cayo al fuego el asa de la cafetera que es de plastico... y el perro se quedo asustado para toda la vida, cada vez que oye el ruido de un huevo frito, por ejemplo, se asusta y se esconde. Andamos con tantas cosas en la cabeza que siempre nos olvidamos de algo o la cagamos con algo.
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