Cuando María tenía 20 años era una joven esbelta y altísima, podría haber sido modelo, miss, actriz del destape o lo que hubiera querido, sin embargo, tener un tipazo y 1'80 de estatura no ayudan mucho en una familia católica, apostólica y romana del año 68, en pleno franquismo, cuando el matrimonio y los hijos eran la única salida para las jóvenes de las familias bien. Así que se casó y tuvo 3 hijos, el mayor, alto como sus padres, se casó con una jóven católica miembro de una cofradía de semana santa, el mediano, la oveja negra de la familia, estudió para cocinero, y se "auto-exilió" a San Sebastián, y la pequeña, Dios mío, la pequeña había heredado las hechuras de su madre. Alta, delgada y estilosa, con una preciosa cabellera de color castaño, perfectamente arreglada y con un estilo al andar que le hacía parecer más alta todavía, un peldaño por encima del bien y del mal. Se podía decir que María era feliz, era la madre en una familia modelo, domingos a misa, y tardes dedicadas al servicio a la sociedad en la parroquia del barrio pero cuando miraba a su hija, era como si María se viera a si misma 20 años antes, mejor aún, las posiblilidades de la benjamina de la familia, eran todavía mayores que las que tenía ella, así que decidió traspasar a su pequeña todos sus sueños adolescentes y la inscribió en una escuela de modelos. Que la jóven Alex consiguiese ser una estrella, se convirtió en una obsesión para María, que dedicada en cuerpo y alma a su hija conseguía superar a duras penas la tristeza de una vida tan aparentemente feliz como anodina.
Pasaron los años y yo no había vuelto a saber nada de ella, solo que Alex salió en dos o tres campañas publicitarias sin importancia y que María había dejado de hablarse con su hijo mayor por problemas con la nuera, pero el otro día me la encontré por la calle. La noté rara, daba muchos abrazos y hablaba de una manera extraña. No le di importancia, ni por un momento se me hubiera ocurrido pensar que días más tarde una amiga me contara que la había visto, ...en la tele, ... en un reportaje de Alcoholicos Anónimos.
2 comentarios:
h!!!!!!! y añado un
ohhhh!!!!!!
casi dan ganas de llorar. no es bueno que las mamás se proyecten en los hijos y menos aun que quieran que sus hijos sean todo lo que ellas no han podido ser..."los sueños sueños son"
"real inventada de principio a fin"... si es que, podría ser una historia cercana a cualquiera de nosotros...
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