jueves, 20 de mayo de 2010



Me sorprende en un lugar en el que no debería correr tanto y me hace hasta levantar el pie del acelerador.

Tanto es el asombro, que hasta Sabina parece que enmudece y su Viudita se escucha como si estuviera a unos cuantos kilómetros del coche en lugar de residiendo en los altavoces.

Hacía mucho tiempo que no me pasaba. Algo muy concreto pero que no sé ni definir.

Parece que mi estómago quiere darle guerra a mi cabeza y preguntarle por qué narices hace días que he dejado de escribirte versos.

Ni ella misma lo sabe. Ni siquiera el síndrome, aquel tan usado en momentos de tensión, me hace sentarme a decir lo que pasa por mi mente, por mi cuerpo, por mis entrañas.

Será la primavera, que me hace vivir, en lugar de imaginar. Será el aburrimiento, el darme cuenta de que ya nada es nuevo, de que casi todo está vivido, está inventado.

Pero mi estómago se rebela. Y me sorpende. Y lo hace gratamente. Y yo me dejo, le dejo hacer y se lo agradezco.

Porque sólo significa una cosa...¡que estoy viva!

Y mi boca, aún sonríe, y mis ojos, aún brillan.

4 comentarios:

Mar D. Ferrer dijo...

Nunca está todo vivido, si estás viva es que aún te quedan miles de cosas por vivir.
Un beso fuerte y que sigan brillando tus ojos.

Mike Aquarium. dijo...

No es lo mismo vivir que sentirse vivo. GRan entrada. Me ha gustado tu blog. Estas invitada al mio. <un abrazo.

sin brújula dijo...

La vida nos sorprende a veces, para bien, en el momento más inesperado. Y que bien que sea asi!
besos

La Lola dijo...

Estarías mala del estómago?jejejeje.Besotes