jueves, 29 de octubre de 2009

De cines, multas y amantes.

Son las 11 de la noche cuando salimos del Palafox. Espe, todavía con los ojos llorosos, yo, impasible, sigo siendo incapaz de llorar con una película.

Recorremos las calles de Zaragoza comentando la película y rezando entre dientes para que el chico de la zona amarilla no haya dejado un papelito en el limpiaparabrisas de mi fiat punto.

La culpa es del cambio de hora, no nos hemos dado cuenta de que aún eran las 7 de la tarde cuando hemos aparcado, porque ya era noche cerrada, así que el cine me puede salir por un pico.

Debatimos sobre comer algo o no, con sentimiento de culpabilidad, ya que debería bastar con las palomitas que nos hemos metido entre pecho y espalda mientras una mano acariciaba el pie de Hipatia cuando dormía. Aún así estamos apunto de entrar en un bar de la calle Albareda, pero yo desvío la atención de Espe diciendo que es demasiado. Que mejor un pincho en algún sitio.

Todo está cerrado, y tengo ganas de llegar al coche para respirar tranquila, cosa que hago nada más verlo. Entonces me animo -¡comamos algo!, pero no hay nada abierto, así que decidimos que el destino ha hablado y nos montamos en el coche.

Salimos por la calle Pizarro, giramos en Hernán Cortés, recorremos el Paseo de Pamplona y la Gran Vía hasta volver a girar por la calle Dato. Entonces lo vemos. Se llama "La mostaza", nombre que Espe dice que es tremendamente sugerente pero que a mí no me lo parece. Pongo el intermitente y freno más bruscamente de lo normal porque hay un sitio en la puerta, lamentando tener que dejar mi cita con Marquitos para otra ocasión.

Mientras aparco escucho los gritos del motorista de detrás, aunque no los entiendo, y veo por el espejo retrovisor cómo gesticula su acompañante.

¡Marca antes! - Gritan ambos.
¡Mantén la distancia de seguridad! - Grita Espe.

Ya en el bar y con un perrito caliente en la mano, ella me expone su teoría: La chica que iba de paquete es su señora esposa, está claro. Si hubiera sido su amante el chico tendría mejor humor. Ella sólo le hubiera regalado sonrisas. No le habría dicho lo mal que se habían portado los niños, ni le reprocharía noche tras noche sus ronquidos, ni nada por el estilo. Está claro, si hubiera sido su amante, habría tenido mucho mejor humor y no me habría gritado de esa manera.

Y de todo esto hablamos, mientras salen bocadillos en un bar lleno de hombres sólos. Hombres que cenan tarde, hombres que miran el periódico de reojo mientras mastican la hamburguesa. Hombres que en muchas ocasiones a lo largo de la historia no han sabido reconocer la sabiduría y el valor de mujeres como Hipatia. Hombres que no saben lo que se han perdido.

martes, 27 de octubre de 2009

...



¿Cómo
se consigue
tener los pies
en el suelo
sin dejar
de volar?

jueves, 22 de octubre de 2009

Como una losa

Eran las tres de la madrugada cuando cerraba los ojos y lo hacía aún con la losa encima. Sí, esa que me cayó, sin comerlo ni beberlo y cuando menos lo esperaba. Y es que esas, son las que más pesan.

Es una putada darte cuenta de algo que ya sabías pero que estabas intentando no admitir. Cuando tienes la certeza de cómo son las cosas, todo se desmorona, porque no has conseguido engañarte.

Y estamos en el camino para arreglarlo, además de en muchos frentes más, como el trabajo que está fatal y algún que otro trastorno sobrevenido que me ha dejado un poco rota.

Si lo miramos desde el lado positivo, la información da poder, y una vez que tienes el poder, puedes elegir. Así que ahora a elegir toca.

¡Con la pereza que da! XD

Una canción para alegrar el día, porque el viernes me voy a ver a La cabra.

jueves, 15 de octubre de 2009

Y dije: ¡basta ya!

"Mata más gente el tabaco que los aviones"

Lichis - Felicidad

Llevaba más de un mes y medio tosiendo, bueno, creo que llevaba tosiendo desde Abril del 2008, solo que a temporadas más y a temporadas menos. Hacía siglos que no conseguía cantar una canción sin que se me notara la voz ronca y tenía muchos otros síntomas. Sin embargo el último mes y medio fue horrible.

El último mes y medio era de tos constante, que provocaba un dolor de cabeza casi constante. La traqueitis de todos los años - pensaba yo. Y en efecto, lo era, la misma de todos los años menos el año que estuve sin fumar. Cada otoño lo mismo, pero esta vez más fuerte todavía.

El día del Pilar fue horrible. Me desperté, muy temprano, alrededor de las 6 de la mañana para vestirnos de baturros todos. Como todos los días me preparé el café con leche y tuve que hacer el esfuerzo de turno para poder fumarme el primer cigarro de la mañana. El esfuerzo consistía en limpiar la tráquea para que el humo pudiera pasar bien. Para ello, expulsaba el aire fuertemente varias veces, mientras oía roncar la tráquea y los bronquios y luego tosía. Aún así, el primer cigarro me hacía daño, pero el segundo ya no, así que no problema.

Aquella noche había dormido 5 horas y luego me llevé a los niños a la ofrenda. Estuvimos al sol y al aire durante unas horas y luego fuimos a tomar vermut y a comer en familia. Un día dura. Los días de fiesta suelen ser días duros. Son días en los que apenas has dormido y sin embargo toca estar en pie y con la cara contenta. Para colmo, me vino la regla, y yo cuando tengo la regla, siempre me duele la cabeza. Bueno, menos cuando no fumaba.

A las 5 de la tarde mi cabeza no aguantaba más, y a las 6 me fui a la estación a tomar una coca-cola con Eva. Salimos a la calle a fumar, por supuesto, en una estampa cómica. Yo casi llorando por el dolor de cabeza que no me dejaba casi ni andar y me provocaba ganas de vomitar, y tosiendo por mi traqueitis estacional, y fumando. ¡De locos!

Ese día a las 8 y media de la tarde estaba en la cama, y el día siguiente me levanté muy bien, pudiendo fumar y todo desde el primer café. ¡Qué lujo! Además, aún no podía cantar ni una nota baja, pero ya se me escuchaba al hablar, no tenía que hacerlo en susurros.

A las 11 llamé a mi madre para que me contara qué le había dicho la pediatra. Mi hijo de 6 años llevaba unos días tosiendo mucho.

"Tiene una bronquitis de caballo" - diagnosticó Josefina.

No sé qué pasó entonces. Debió ser la gota que colma el vaso. Sin comerlo ni beberlo, sin haberlo planeado, cogí mi paquete de Nobel recién estrenado y le dije a mi compañera de al lado: todo tuyo. Acabo de dejar de fumar.

Al día siguiente fui al médico yo. Laringo-traqueitis y bronquitis. Todo en uno. Una inyección de cortisona para arreglar la laringe (todavía no está bien, de hecho, aún no canto ni una nota), un jarabe para la tos y unos sobres. Cita en 20 días.

Y estoy contenta. Porque no hay mal que por bien no venga. Porque no fumo. Y usted que lo vea.




martes, 13 de octubre de 2009

Compro jaula para mi mono


Compro jaula para mi mono. Que sea de barrotes rígidos y con puerta de jaula blindada. O acorazada, mejor aún, que creo que han sacado unas nuevas a prueba de todo.

Compraría una pistola para cargármelo directamente, o un cañón que seguro que es más efectivo, y dispararía contra él emulando a Agustina de Aragón. Pero el problema es que mi mono es mío, y aunque es feo y antipático, le tengo cierto cariño.

Bueno, no, no es cariño. Es simplemente que quiero ver su cara de mono, mientras me río de él. A veces, puedo ser muy cruel.

Lo dicho, que compro jaula y que pago rápido y bien. Interesados, ya sabéis dónde encontrarme.

Queríendome desde hace 14 horas.

lunes, 5 de octubre de 2009

Mis tesoros


Un portatil nuevo.

Un secreto inconfesable.

Un proyecto ilusionante.

Una bala en la recámara.

Unos zapatos de salón.

Un amigo como pocos.

Una comida pendiente.

Una visita cercana.

Un vestido negro nuevo.

Un disfraz de pecadora.

Una sonrisa dispuesta.

Un libro, dos corazones.

Una canción y mil sueños.