domingo, 23 de agosto de 2009

Y yo con estos pelos...

Todo el mundo tiene derecho a tener un día tonto, y como dice una buena amiga, no pasa nada, lo importante es no regodearse.

Hoy lo tengo yo. Quién sabe por qué razón. Quizás porque estamos en fechas, porque recuerdo exactamente dónde comí y con quién el 30 de Agosto del año pasado y porque ese día, sin ser ni el mejor ni el peor de mi vida, sí que fue el final de algo, y parece que siempre conmemoramos los finales, a veces, más incluso que los comienzos.

Así que hoy, después de una tarde en casa con amigos, después de cenar, después del café, me he sentado y me he puesto un poco tonta. Incluso me he regodeado un poco desoyendo los sabios consejos de mi amiga de los mil nombres.

Lo mejor de los finales, es que dan pie a buenos comienzos, y aquel 30 de Agosto comenzó una fase creativa en mí como nunca la había tenido. Lo que salió de todo aquello, allí está, guardado en un cajón, y quién sabe si saldrá algún día.

También yo he cambiado mucho, he pasado por muchas fases, estando ahora en una bastante buena, y todo me ha servido para aprender, que es para lo que estamos en esta vida: para disfrutar y para aprender (nota por si me lees: hago los deberes).

Bueno, que cierro aquí la tontería por hoy, poniendo una canción... 2 minutos y 50 segundos más para regodearme. Comienza la cuenta atrás.

martes, 18 de agosto de 2009

Miedo a... ¿aterrizar?

Voy en un avión, asiento en pasillo, como siempre, ya se sabe que todos tenemos nuestras manías. En el asiento justo delante de mí va mi marido, y al otro lado del pasillo, a mi altura mis dos hijos. Bueno, es su asiento, pero no están, van por el pasillo corriendo. No, van por el pasillo del avión en bicicleta.

De repente me doy cuenta de que llevamos un rato descendiendo, supongo que estamos llegando a Madrid; lo raro es que el piloto no ha avisado, y tampoco se ha encendido la luz que indica que debemos abrocharnos el cinturón. Yo, por si acaso, que ya se sabe que mujer precavida vale por dos, grito intentando que vuelvan mis niños con sus bicis, y se sienten.

No les veo, es como si el avión hiciera curva y no se viera el final, o quizás es que se han metido en primera clase, vaya usted a saber. Pero sí, espera, por ahí llegan.

-Venga chicos, a sentarse y a abrochase el cinturón, que llevamos 20 minutos a unos 50 cm del suelo. Que raro ¿no?, vemos todo como si ya hubiéramos aterrizado pero yo no he notado el impacto de las ruedas contra el suelo. En fin, que se sienten.

Se sientan, y uno me da la mano a mí, y el otro a mi marido. De repente, el avión, comienza a ascender, bruscamente, tanto, que damos vueltas y vueltas en el aire. Yo pienso: ahhh, esto es la muerte, y sigo con los ojos cerrados (¿cuándo los había cerrado?). Siento paz y miedo a la vez, y abro los ojos. Veo de golpe una televisión y el techo de casa de mi madre. Vuelvo a cerrar los ojos, ya no tengo miedo y el avión está descendiendo suavemente. Ahora sí que vamos a aterrizar.

No llegamos a hacerlo. Me despierto.

¿Qué narices significa este sueño? ¿Alguna sugerencia? A mí, sólo me ha recordado esta canción:

viernes, 14 de agosto de 2009

Andreíta, Marijose y la canguro.

10 de la noche. Me siento a cenar y enchufo la tele. Está en Tele 5. Supongo que es la última cadena que estuvo puesta ayer, porque hoy no he encendido la tele en todo el día. En lugar de Camera Café, aparece en un primer plano Belén Esteban. Cambio inmediatamente.

Mientras veo el baloncesto en La Sexta, pienso en la frase que he leído en la parte inferior de la pantalla mientras el mando se decidía a hacerme caso (malditas pilas): "Maria José dejaba a Andreíta con una canguro porque no la quería".

Alucino con la frasecita. No por nada, simplemente porque jamás se me ocurriría acusar a la novia de mi ex, de dejar a mis hijos con una canguro. Si acaso, si me pareciera mal, acusaría o pediría explicaciones a mi ex, que para eso es el padre de las criaturas y el responsable último, junto conmigo, de su educación y bienestar.

Supongo que la sociedad, no ha superado aquello de los roles femeninos-masculinos, y sigue pensando que la responsable del cuidado de los niños pequeños ha de ser, sí o sí, y únicamente la mujer.

Cada vez estoy más convencida de que a las mujeres nos han engañado con esto de la incorporación de la mujer al mundo del trabajo. No porque yo no quiera trabajar, sino porque no cambiamos una cosa por otra, es decir, sumamos. Nos venden la moto con la realización personal, cuando es mentira que las mujeres que únicamente trabajan en casa, no estén realizadas. Las hay que pintan cuadros, que escriben relatos, que hacen tai-chi, danza del vientre o estudian inglés, y todas esas actividades contribuyen a su realización intelectual, o simplemente a pasar un buen rato.

No sé, creo que todo esto está mal planteado desde el principio, y estoy segura de que la igualdad no llegará, hasta que la incorporación de la mujer al mundo del trabajo, no venga acompañada también por una incorporación del hombre a los roles típicos femeninos..., o como se suele decir: o jugamos todos, o rompemos la baraja.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Yo, mi, me, conmigo

Imagina que estás con un hombre en momento íntimo, y te dice que no eres su tipo..., automáticamente te vistes.

Imagina que alguien a quién quieres te dice que tu sonrisa no es bella..., automáticamente pones cara seria.

Imagina que acabas de acostarte con un hombre y se va corriendo al servicio..., automáticamente te sientes sucia.

Imagina...

Imagina que te miras al espejo y de repente te gustan los 15 kilos que te sobran.

Imagina que te maquillas poco porque no quieres esconder tu nariz.

Imagina que te quieres.

¿No es fantástico?

Imagina...

martes, 11 de agosto de 2009

Estado contemplativo



Estoy sentada en una roca en Tamadaba, en silencio, mirando al frente y fumando un cigarro. Frente a mí, el sol, amarillo intenso, se deja observar y no duele. Justo debajo de él, recibiéndole, la majestuosa silueta de la isla de Tenerife, presidida por la montaña perfecta; no, por el volcán perfecto, un Teide que yo observo prácticamente equilátero.


Alguien que no conozco, comenta que Tenerife es la isla más bonita, pero que Gran Canaria tiene las mejores vistas. Supongo que es tinerfeña, porque las dos afirmaciones son básicamente la misma.


Yo, lo único que sé, es que mis ojos están contemplando el atardecer más bello que jamás he visto. El sol sigue escondiéndose tras el volcán, y debajo, le espera un mar inmenso tapado casi en su totalidad por otro: el mar de nubes.


Si las miras bien, - las nubes - parecen ovejitas, todas en fila que avanzan lentamente una tras otras, despacio, sin dejar el rebaño. Si te fijas mejor, ves las nubes pintadas por un niño pequeño, con sus bordes blancos de algodón y el interior de un azul bellísimo. El pinar, verde intenso, y el sol, ya escondido, tiñe de naranjas y rojos las líneas paralelas al horizonte. Es un festival cromático.


Cena rápida de sanwitch, zumo y queso para ir corriendo a la roca de la cobertura. La luna, casi llena hoy, todavía no ha aparecido y aún nos permite disfrutar de la oscuridad de la noche para contemplar las estrellas. Tumbados, vamos identificando las más fáciles: osa mayor, osa mayor, y hay quien se aventura a reconocer el cinturón de Orión.


La conversación va de lado a lado, tocando todos los palos: desde la existencia de Dios, hasta la realidad de lo que estamos viendo, pasando por temas mucho más vanales.


Observo, fumo, converso. La luna aparece y nos obliga a apagar las linternas para contemplarlo todo con su luz. Es hora de volver, tumbarse y cerrar los ojos. Mañana será otro (gran) día.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Harta ya de estar harta

¿Qué hago yo aquí?

Son las 2:02 de la madrugada, y debería estar durmiendo porque mañana tengo un día lleno de cosas que hacer, pero aquí sigo, sin poder ni siquiera levantarme del sofá para recorre los escasos metros que me separan de la cama.

Esta semana, estoy como el título de mi blog..., con estos pelos. Creo que voy a cambiar el texto del encabezado, en el que pone que no me sorpenden las personas, sino las situaciones, porque sí: las personas también me sorprenden.

Quizá yo sea distinta al resto del mundo, quizá yo soy el bicho raro. Sí, debo serlo, porque si no, no se explica que esté a estas horas viendo a Ruiz Mateos en la tele y escribiendo en el blog.

Ayer fue un buen día. Un día divertido. Me reí. Me reí mucho. Supongo que la ironía de Eva, las frases de sentencia de Carlos, la conversación telefónica con Jose, la comida con Rosa, ayudaron a eso. Hoy, bueno más bien, ahora, todo es distinto.

Supongo que mañana será mejor. No, no lo supongo, lo sé. Llevo conmigo "La hija del Caníbal" y "Cien años de soledad" - sí otra vez. También llevo un cuerpo lleno de puntos rojos por culpa de la cera, un par de bikinis y pantalones cortos y muchas ganas.

Solemos tener la mala costumbre de desear felices vacaciones a los demás cuando nos vamos, en lugar de cuando ellos se van.

Os dejo con una canción. Vuelvo en un segundo.