lunes, 29 de septiembre de 2008

Me gusta....

Me gusta bailar, cantar y trasnochar. Salir de fiesta, los pantalones vaqueros y regalar sonrisas.
Me gusta la playa en otoño, comer palomitas en el cine y los chistes absurdos. La música en directo, los besos en la cara muy cerca de la boca y encontrar un euro en el abrigo del año pasado.
Me gusta mirar al cielo, las pelis pastelonas y una buena paella. Me gustan las sorpresas, el café del bar y los dedos por la espalda.
Me gusta despertarme en mitad de la noche con un sueño bonito, y cerrar los ojos muy fuerte para seguir soñando lo mismo. Me gusta reirme a carcajadas hasta que me quede sin aire, oir cantar jotas a mi madre y ver dormir a mis hijos.

Y a ti... ¿Qué te gusta?

domingo, 28 de septiembre de 2008

Batukaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!

Señoras, señores, el verano terminó, ya no hace calor de morirse, ya está bien de tener el culo pegado a una silla, es hora de moverse.

Desempolvad vuestras bicicletas estáticas, aparatos de step, cintas andadoras. Apuntaros a un gimansio, salid a hacer footing, sacad las mancuernas del armario. A jugar al tenis, al futbol, a patinar. Lo que sea. Otoño es la estación ideal para hacer deporte.

Y ¿quién dice ésto? La persona más vaga del mundo para hacer deporte. Bueno, en realidad lo que me cuesta es ponerme, porque luego una vez que termino me siento muy bien.

El deporte ideal para alguien que odia hacer deporte: bailar. El año pasado me apunté unos meses a un gimnasio y estuve haciendo batuka. Y..., como el que tuvo retuvo, pues hoy me ha dado por recordar. Dejo la prueba para los incrédulos (que haberlos haylos), y ya de paso, si alguien quiere bailar conmigo, hago de profe. Una profe que se equivoca varias veces, pero es que yo soy una profe muy peculiar.

¡Hale! A bailar. Batukaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!


viernes, 26 de septiembre de 2008

Mujeres y hombres y viceversa

Ultimamente está muy de moda un programa de televisión que se llama Mujeres y Hombres y viceversa. No he visto programa más humillante para la persona. Bueno, pensándolo bien, hay muchos, como El Diarío de Patricia (ideal cuando deseas chutarte una buena dosis de vergüenza ajena), o uno que no recuerdo como se llama pero que consiste en ser completamente sincero y responder a preguntas tipo "¿te avergüenzas de tu madre?" o "¿eres un chivato en la empresa?, vamos, genial.

Pero hoy quería hablar del primero. Para el que no lo haya visto nunca, consiste en que un hombre o una mujer (ahora hay un hombre), al que llaman tronista (palabra que por cierto no existe, pero que supongo que se la habrán inventado derivándola de trono), va allí para que un montón de mujeres intenten conquistarle (¡con dos cojones!, perdón por la expresión). Las chicas acuden, y él va teniendo citas con ellas, y cada semana, va eliminando a una, y alguna vez entra alguna nueva.

Hay chicas con las que ya ha tenido 3 o 4 citas, chicas monísimas todas, como él, que no sé para qué necesitan ir allí, porque seguro que tienen la oportunidad de encontrar pareja por otra vía menos exhibicionista. Supongo que muchas irán a pasarlo bien, pero cuando llevas 3 o 4 citas con un chico, guapo, simpático, etc, pues las posibilidades de que te encapriches con él son bastante altas, sobre todo si estás buscando una pareja, sí o sí.

Y en ese punto estamos ahora. Con dos niñas loquitas por Efren (no me extraña), y teniendo que ver en directo como el maromo coquetea con todas y cada una de ellas (porque por supuesto las citas se graban y luego se enseñan).

Ayer una rompió a llorar. No podía ya soportar verlo con otra, que le hubiera regalado un objeto especial, que fuera cariñoso con otra mujer que no fuera ella.

Me parece una salvajada. Las he visto llorar, las he visto humillarse ante él, las he visto pelearse entre ellas por una cita, por desprestigiarse las unas a las otras.

Vale que es un programa, y que quizás sea todo mentira, pero ¿qué estamos enseñando? ¿a tirar por los suelos la dignidad humana? ¿A hacer cualquier cosa para que "me elija a mí"?

Cada día encuentro menos cosas válidas en la tele. Gracias a que casi no la veo.

Doscientas

200 entradas. Cuando comenzé a escribir en el blog no pensé que llegaría a tanto. Siempre me he caracterizado por ser un culo de mal asiento, por aburrirme enseguida de las cosas, por no permanecer demasiado tiempo en el mismo sitio, sin embargo, hace más de un año que comenzé en el blog y no he parado.

En todo este tiempo, sólo me he planteado cerrarlo una vez, incluso tuve una entrada de despedida escrita. Pero no, no quiero, me gusta escribir en él, me gusta que me leáis (también los que no dejáis comentarios, pero que me lo decís por la calle cuando nos vemos, o que se lo decís a mi hermana, o que dejáis un comentario breve de ciento a viento).

No puedo decir que el blog sea un lugar donde soy completamente libre, no puedo decir que sea completamente sincera, no puedo. Es más, vigilo mucho lo que escribo, vigilo mucho cómo lo digo, a pesar de que luego, me siento, y los dedos se deslizan sólos por el teclado, tengo cuidado. Me muestro, pero la mayoría de las veces de forma encubierta, como si de un jeroglífico se tratara.

Pero a mí me sirve, porque yo me leo y sé de lo que hablo, y me funciona muchas veces como terapia, como si me mirara al espejo y me dijera a mi misma todo lo que le quiero decir a los demás pero no puedo, o no me atrevo. No sé si me explico.

200 entradas es mucho para una persona que jamás ha sido minimamente constante en algo. Así que estoy orgullosa, porque lo estoy haciendo, y contenta, porque sigo disfrutando con ello.

Gracias por estar aquí. Sin vosotros, esto habría durado menos que un caramelo en la puerta de un colegio.

Una canción para mis 200. No sé por qué, pero es ésta la que me ha venido a la cabeza.

martes, 23 de septiembre de 2008

Maneras de vivir

¿Quién decide cuál es la buena? ¿Quién pone los cánones de cómo debe ser y actúar una mujer de 34 años? ¿Quién decide si estás tirando tu vida por la borda o eres una mujer de provecho?

Todas estas preguntas me vienen a la cabeza después de 3 coincidencias: Una mini pelea ayer con mi madre acerca del tema, una conversación telefónica muy larga que hablaba un poco de lo mismo y un post de Alhuerto en su blog sobre cómo debe ser la gente de determinada edad.

Parece que las mujeres de 34 años tenemos que ser o hacer una determinada serie de cosas para las que yo soy un desastre.

1.- Ir siempre correctamente vestida, con crema en la cara para las arrugas, con crema en los pies para los talones agrietados y con el pelo siempre decente.

2.- Tener un trabajo que te llene profesionalmente, a ser posible no ser una simple vendedora de vino por teléfono.

3.- Tener siempre la casa impecable. Todo ordenado, limpio, planchado.

Estas son sólo 3 de las cosas que se le exigen a la superwoman del siglo XXI, y parece que si no haces eso bien, es que ya no haces nada bien.

Vale, pues yo no hago bien ninguna de las tres cosas. Osea, que se puede decir, que no hago nada en la vida. Porque me cuido muy poco, porque vendo vino por teléfono, y porque mi casa dista mucho de ser la más limpia del lugar. Pero es que si hiciera todo eso no tendría tiempo para:

- Escribir en mi blog y en los de mis amigos, que me encanta.
- Componer una canción, o dos, o tres.
- Tocar la guitarra.
- Consolar a un amigo que lo necesita.
- Desafiar a las leyes del buen gusto escribiéndole un soneto a Jose para su cumple.
- Tener sentido del humor (es imposible con tanto trabajo).
- Salir a la terraza simplemente a mirar el cielo.

¿Y eso es no hacer nada? Creo que hago muchas más cosas que mucha gente. ¿Quién decide si estas son las correctas o no? ¿Quién dice que no valgo para nada? Valgo para muchas cosas, aunque no sean las que a ti te gusten.

lunes, 22 de septiembre de 2008

La vida es puro teatro

¿No os ha pasado alguna vez, que viendo una película o una obra de teatro, y estando el protagonista atascado en un problema, vosotros veiáis la solución clarísima? ¿Y no os habéis encontrado alguna vez chillándole a la pantalla la solución y pensando en lo tonto que es el afectado por no darse cuenta?

Y es que no hay mejor forma de solucionar los problemas o situaciones que no estar implicado en ellas. Quizás por eso existen los psicólogos (ojo, no estoy diciendo que los años de carrera no sirvan para nada) pero sí es verdad, que cuando no estás implicado emocionalmente (ya sea porque el problema es tuyo, o de algún ser querido), en algo, las cosas se ven con más claridad, y es más fácil aconsejar a la gente, o quitarle hierro al asunto.

Está claro que no podemos evitar que nos pasen cosas (Dori en buscando a Nemo lo sabía muy bien), y además, la vida sin visicitudes sería un completo aburrimiento. Pero sí podemos cambiar la forma en que nos afectan, porque eso lo elegimos nosotros. Somos quienes decidimos la importancia justa de cada problema o situación.

Por eso, estoy decidida a hacer un ejercicio, y si alguien más lo hace, me gustaría saber el resultado obtenido (al final escribo un libro, fijo, jajaja). Lo expondré aquí por si alguien se anima.

En el momento en que te encuentres atascado en un problema, cierra los ojos e imagina un teatro. Tú estás sentado en una butaca, se levanta el telón y eres el espectador de tu propia vida. Eres a la vez, protagonista y público. Intenta ver la obra sin implicarte emocionalmente, como si fuera una simple obra de teatro o una película. Quizás así, encuentres la forma de salir del atasco.

Lo dicho, espero con ansiedad saber si da resultado.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Levantándole la falda a la luna

Ya no recordaba el subidón que son las Noches Sabineras de Les nits de l'art. Ayer tuve el enorme privilegio de volver a vivirlo, desde abajo, disfrutando con las canciones de estos 5 pedazo de músicos, y del valor de la gente al subirse a cantar, y desde arriba, desde el escenario de nuevo disfrazándome de Sabina durante 5 minutos.

Cinco minutos en los que sólo hay música, en los que te olvidas de la gente que te mira, de los focos que te deslumbran, de los problemas del día a día y saboreas y te relames con cada frase de una canción. Haciéndola tuya, llevándola a tus momentos buenos, y olvidando los malos.

A todos, a Pancho, Antonio, Jaime, Jose, Pedro, Vanessa, Rubén, Marta, David, Rous, Marian, Pato, Laura, Jose Carlos, Victor, Miguel Angel.

Al señor de la primera fila, a mi estuche de maquillaje, al chico del vagón del tren, al taxista, a Warhol, y al gato que atranca las puertas de los coches.

Gracias por otra noche mágica.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Mi boca

Me gusta mi boca.

Cuando alguien me pregunta cuál es la parte que más me gusta de mi cuerpo, siempre digo que la boca. Nunca he sabido por qué, pero me gusta. Más que ninguna otra.

Esta mañana, estaba mirándome al espejo (coqueta que es una), y pensando en que me gusta mi boca, cuando de repente he visto la luz. Ya sé por qué me gusta.

Y es que tengo una relación muy especial con ella. Todo lo que me gusta hacer, se hace con la boca (sí, lo sé, suena algo raro, jajajaja, cochinos!!)

Me gusta cantar. Creo que es la actividad que más me satisface. Me gusta cantar en casa, en la calle, en el trabajo, en una reunión con amigos, en un karaoke, en un concierto, en el coche. Me encanta cantar.

Me gusta hablar. Mi hermana siempre me dice que cuando cuento una historia, lo hago comenzando por el día en que nací. Que me enrollo más que las persianas. Soy verborreica por naturaleza. Mi mejor nota en la universidad la saqué en una asignatura que se llamaba "cómo hablar en público".

Mi boca corre más que mis pensamientos. Por eso soy sincera. No porque siempre quiera decir la verdad, sino porque doy demasiada información, porque como ya he dicho en alguna ocasión tengo la boca como un buzón. Para compensar, tampoco tengo problemas para pedir perdón si pienso que he hecho daño a alguien. Algo que también se hace con la boca.

Me encanta comer. Y no es que sea sibarita, me gusta todo. Disfruto lo mismo con un ternasco asado que con una tortilla de patatas o con una mariscada. Además, tengo la ventaja de que todo me sienta de maravilla.

Y así, podría hablar de muchas cosas más que se hacen con la boca y que me gusta hacer. Supongo que será esa la razón, por la cual me gusta tanto mi boca. Por la relación que tengo con ella.

¿Y tú? ¿Con qué parte de tu cuerpo tienes mejor relación?

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Buscando a Ana desesperadamente

Mi amiga Karmele dice que ya no soy la misma, que he cambiado, que cuando ella me conoció yo era un torrente de alegría y buen humor, y que ahora se me nota gris y apagada. Que sí, que me río, que es posible que siga diciendo las mismas chorradas, pero que hay algo diferente.

Mi amigo Dieter me dijo un día que entré en su vida (cibernéticamente hablando) como un torbellino. Reía, hablaba sin parar, y decía cosas extrañas como que yo era hija del sol. No me lo ha dicho, pero sospecho que también cree que he cambiado.

Creo que el principio del cambio fue el 9 de marzo. Ese día, volví a fumar después de 13 meses libre de humos, y si lo hice será por algo, algo no debía ir bien en mi mente y refugiarse detrás del humo es de lo más sencillo.

Entonces, no me di cuenta, y di un paso adelante para seguir siendo yo misma. Me armé de valor, de fuerza, cogí el toro por los cuernos y volví a dejar de fumar. Esta vez, duré sólo una semana.

Las cosas no marchaban bien, supongo que porque yo no estaba bien, así que me aferré a lo poco bueno que me pasaba de una manera completamente exagerada, en lugar de solucionar previamente mi interior. Y cuando tu columna vertebral está dañada, por muy buena que sea la silla en la que te sientes, seguirás sintiendo dolor, porque lo que hay que arreglar es la columna, y entonces poco importará que tengas silla o no, te servirá hasta un árbol del parque para apoyarte y estar cómoda.

Pues bien, mi amiga Karmele está empeñada en que es hora de pedir cita con el fisioterapeuta, y empezar a buscar a Ana desesperadamente.

Yo, por una vez y sin que sirva de precedente, me he decidido a hacerle caso. Estoy absolutamente convencida de que el día que me encuentre, todo va a rodar solo, sin necesidad de empujarlo.

Voy ha pedir la cita. Vuelvo en un minuto.
Tengo el pelo sucio
tengo mucho sueño
tengo algo de miedo
tengo un reto
tengo los ojos cansados
tengo la frente arrugada
tengo un trabajo que hacer.
Tengo una cita en el médico
tengo una canción preparada
tengo una caja de vino
tengo sueño
tengo las cosas claras
tengo una certeza
tengo un blog (maldita sea).
Tengo vida
tengo amigos
tengo recuerdos (bonitos)
tengo un corazón que late
tengo dolor de cabeza
tengo un paquete.
Tengo dolor
tengo sueños
tengo energía
tengo pena (y alegría)
tengo terror
tengo vida

domingo, 14 de septiembre de 2008

Con esos argumentos...

Anoche estuve viendo por televisión un debate acerca de las corridas de toros y las fiestas populares (toro de vega, etc). En principio, todos los allí presentes estaban de acuerdo con la abolición de estas últimas, pero cuando se hablaba de las corridas de toros la cosa cambiaba. Había tres personas argumentando a favor de la "fiesta" como la llaman ellos, aunque para mí, una fiesta es un cumpleaños, o salir a bailar, o quedarse en casa a tocar la guitarra con unos amigos, etc., aunque quizás esté equivocada.

Los defensores de la "fiesta nacional" tenían fundamentalmente 4 argumentos muy curiosos:

1.- Es una tradición

¿Qué se puede decir contra ese argumento? Nada. Oye, que si es una tradición, pues habrá que cumplirla ¿no?, y ya puestos, cumplimos todas las tradiciones, y estamos a favor de todas, por crueles que sean. Pero señores, de todas. ¡Venga ya!

2.- Si desaparecen las corridas de toros, desaparece el toro de lidia

Claro, porque el toro de lidia, es una raza propia. Como lo es el gallo de pelea, ¿no? Perdón, pero hasta donde yo me sé, el toro es toro, y el gallo es gallo, y si el toro deja de ser bravo y de repente es manso, será porque lo quiere así la naturaleza. Además, siguiendo esa misma regla de tres, podríamos crear también una fiesta para matar en público a los quebrantahuesos, que se están extinguiendo, y así, salvamos la raza. ¡Venga ya!

3.- El toro no sufre porque está en tensión

Eso puede ser cierto. ¿Quién no se ha ido una noche de fiesta y al día siguiente tiene el cuerpo lleno de moraduras que no recuerda cómo se ha hecho? Si, tienen razón, puede ser cierto, pero, por esa misma regla de tres, podemos inventar una fiesta, en la que cojemos a un parapléjico sin sensibilidad en las piernas, y jugamos a apagarle cigarrillos en ellas. Total, no sufre. ¡Venga ya!

4.- Es una lucha de igual a igual, no como en las fiestas populares

¿De igual a igual? Entonces, ¿por qué la gran mayoría de las veces gana el torero? Si fuera una lucha de igual a igual, digo yo que la cosa estaría un poquito más equilibrada ¿no? Vamos, pienso yo. Si el toro tuviera la inteligencia del hombre quizás si sería de igual a igual y entonces veríamos.

A ver, que quede claro. A mí, no me gustan las corridas de toros, sin embargo respeto al que le gusten. Pero, por favor, amantes de la "fiesta" decid que os emociona, que os gusta, hablad de la belleza de un pase de pecho, decid simplemente que no sabéis por qué, pero no déis argumentos chorrones que no tienen ni pies ni cabeza, porque yo, no me los trago.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Cómo enamorar a un hombre

Hace poco un chico al que conozco bastante, me mandó este texto por mail acerca de cómo enamorar a una mujer.


1. Lávese los dientes.
2. No se rasque las guevas frente a ella.
3. Regálele flores y muchos, pero muchos presentes.
4. Levante la tapa del inodoro antes de orinar y recuerde bajarla después.
5. Lávese las manos cuando salga del baño.
6. No mastique con la boca abierta.
7. No eructe duro, o mejor, no eructe jamás.
8. No sea pedorro.
9. No hable mal de la madre de ella, ámela como a su propia madre.
10. No diga palabrotas.
11. Ría siempre de los malos chistes de ella.
12. No la cele, o si acaso, un poquito.
13. Deje que ella tenga celos de usted. Ella sí puede.
14. No críe barriga. Es más, nunca engorde. Ella sí puede (pero nunca se lo diga).
15. No se demore en el baño. Aprenda a trapear el baño, pero aun así, no se demore.
16. No deje la toalla tirada.
17. No diga que ella no sabe manejar.
18. No llegue tarde a casa. Salga de trabajar y váyase de inmediato para su casa.
19. No se entretenga con los amigos. O mejor, no tenga amigos.
20. No sueñe con tener amigas.
21. Nunca mire ni hable de las tetas o del culo de las amigas de ella.
22. No sea tacaño. Use cuando menos dos tarjetas débito y dos de crédito.
23. No mire a otras mujeres. Es más, entienda de una vez que no existen otras mujeres.
24. No hable de su ex. Usted nunca tuvo a nadie antes que ella.
25. Dígale "Te amo", al menos 24 veces al día.
26. Aprenda a cocinar.
27. Lave los platos y deje la cocina limpia.
28. Arregle la cama (siempre).
29. Llámela desde cualquier lugar, ojalá cuando usted esté más ocupado.
30. Deje que ella compre ropa, zapatos, etc., siempre que ella quiera. Es más, ayúdela a caminar durante horas eligiendo >lo que quiera comprar (y sonría mientras camina).
31. Deje que ella converse durante horas por teléfono, y si puede, páguelela factura del celular.
32. No ronque.
33. Recuerde, a usted no le gusta el fútbol y odia las carreras de fórmula 1.
34. Aféitese todos los días para que no la lastime.
35. No piense solamente en sexo, pero tampoco exagere; propóngaselo con frecuencia, aunque esté cansado y descremado.
36. Respete cuando a ella le duela la cabeza, pero si ella se lo pide, complázcala de inmediato. ¡Ah!, y no se vaya a quedar dormidote inmediatamente después; debe mirarla a los ojos y acariciarla hasta que sea ella quien se quede plácidamente dormida.
37. Diga en todo momento que ella es la mujer más bella que jamás ha visto.


Bien, pues este es el texto, así que yo para compensar he decidido hacer uno acerca de cómo enamorar a un hombre. No es que tenga una gran experiencia, pero hablo con muchas mujeres todos los días.


PREMISA PRINCIPAL

Para enamorar a un hombre, no te enamores de él. Caerá rendido a tus pies.


SI LA PREMISA PRINCIPAL NO SE CUMPLE:

1.- Que no sepa que te has enamorado, así podrás volver a la premisa principal.
2.- Si tienes una cita con él, arreglate mucho pero sin que se note. Es decir, puedes tirarte 8 horas en el baño para maquillarte de una forma natural y peinarte un poco despeinada. Que no se entere de que te has pasado mucho rato acicalándote para él. Viste arreglada pero informal, que parezca casual. Ve atrevida pero sin pasarte.
3.- En la cita comportate con naturalidad. Que tu conversación sea inteligente. Que tus preguntas sean ingeniosas. Escúchale, pero interrúmpele de vez en cuando. Ríete mucho pero sin pasarte.
4.- En el sexo intenta ser golfa pero no demasiado. No te entregues del todo la primera vez, no le enseñes todas tus armas porque perderá el interés, y la próxima vez, si no tienes ninguna novedad que ofrecer no será divertido. Déjale con ganas.
5.- Si después de verle le echas de menos, intenta no llamarle. Espera a que sea él quién lo haga.
6.- Cuando te llama, si estás con tu madre y no puedes hablar, no se lo digas, dile que estás "con gente" es mucho más ambigüo e interesante. O simplemente dile que estás liada.
7.- No le cojas el teléfono al primer tono, aunque te tiemblen las piernas mientras suena. Espera dos o tres tonos por lo menos.
8.- Si te envía un mensaje al móvil, pon el cronómetro y tarda un mínimo de 15 minutos a contestarle. Que no piense que no tienes otra cosa más interesante que hacer que estar pendiente de él.
9.- No le digas que le quieres, ni que piensas en él. Nadaaaa. Si te dice que te quiere, limítate a sonreir, y dale un beso.
10- Una vez que consigas mantener estos comportamientos durante un cierto tiempo y que ya esté loco por ti. De vez en cuando dile algo bonito, para que no quiera alejarse de ti, y luego, vuelve a los 9 puntos anteriores.


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Uff. Agotador.

Necesito...


Una vez lo pidió Marian, y me gustó la idea, así que se la copio.

Hoy he tenido un día duro, muchos problemas, en todos los sitios que pisaba. En el trabajo, en el dentista, en el cajero, en internet, en la calle, en el colegio y en casa. Estoy triste, cabreada, con ganas de pegarle un puñetazo a la pared aunque me sangren los nudillos, con ganas de dormir y despertar dentro de unos días a ver si el mundo comenzó a girar hacia el otro lado.
¿Alguien me regala una canción?

miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Son de verdad las relaciones por internet?

La primera vez que vi en persona a una persona que había conocido en un foro de internet, fue hace aproximadamente un año y medio. Bastante tarde, porque yo hacía bastante más tiempo que pululaba por la red, pero siempre había desconfiado de las relaciones por internet.

Prejuicios supongo, es como si pensara que todo el mundo en internet mentía, es decir, que la gente se dedicaba a ser quién no era y luego te la iban a meter doblada en cualquier momento.

Ese día, un 20 de abril de 2007 conocí a mi amiga Marta, a la que hoy considero una de mis mejores amigas. También conocí a más gente, todos del mismo foro, y que poco más tarde crearíamos la que hoy es una de las mejores páginas de entrevistas musicales que existen en la red (ejem, ejem, jejeje): Una copa con.

Un año más tarde, no tuve ningún problema para quedar con otra persona que había conocido en otro foro totalmente diferente. Fui a Madrid un día, y quedamos para comer. La chica en cuestión era tal y como la imaginaba, nada me sorprendió.

Más tarde he conocido a más gente, y de momento con todos ellos me ha pasado exactamente lo mismo. Así que he llegado a la conclusión de que las relaciones con la gente a la que conoces por internet, pueden ser igual de verdaderas que las que tienes con los que conoces en el trabajo, o en un bar, o dónde sea. Cualquiera puede ser una buena persona, o cualquiera puede metértela doblada.

Hoy iba con mi hijo paseando y me he metido al cajero a sacar dinero (poco, que mucho no tengo, todo sea dicho de paso, más bien ando en la ruina como todos). Al salir, me ha pedido que le enseñara los billetes, que es una cosa que a mí no me gusta hacer, así que le he dicho que no, porque no me gusta que vea la gente por la calle lo que llevo o lo que no llevo.

Él me ha dicho entonces que estaba mirando a las personas que había por la calle, y que ninguno era malo. ¡Mira mamá!, ese es bueno, esa buena, bueno, buena, bueno, bueno, buena..., etc. Desafortunadamente, y aunque un niño de 5 años así lo crea, la bondad o la maldad de las personas no se ve en la cara, así que, no importa mucho que el medio sea internet, o el trabajo, o los vecinos. Todo se reduce a una cuestión de suerte, y quizás algo de intuición.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Besos de Judas

Nunca me dice ven
siempre se hace esperar
de noche como un sueño tarda en venir
dibuja nubes con saliva y carmín
cobra caro cada abrazo que da
no acostumbra a fiar.


miércoles, 3 de septiembre de 2008

Dibujando y el rh

Hoy he ido a comprar los libros para el cole de los niños. Sí, ya lo sé, tarde. Quitando el hecho de que la diferencia de precio entre una librería y otra es de casi 100 euros, y de que mañana tengo que volver, porque me los han dado mal, ha sido toda una experiencia.

Unas colas impresionantes, unos dependientes a punto de caer al suelo muertos, y millones de gomas, lapiceros, compases, cuadernos de dibujo, hojas pautadas, etc...

Me ha recordado mis años en el cole, y mi asignatura pesadilla..., el dibujo.

Debe ser culpa del rh. Cuando estando embarazada ya mayorcita, con 28 años, me hicieron la primera prueba de rh de mi vida aluciné. No podía ser, tenían que haberse equivocado. Yo no podía ser rh negativo, era imposible. Mi padre, mi madre, mi hermana. Todos son rh positivo. Me repetí las pruebas en la farmacia y me lo confirmaron..., era la rara de la familia. Más tarde descubrí, que sí, que podía ser si se daban una serie de casualidades que por lo visto se dieron en mí, para que yo fuese la única de la familia con una capacidad nula para el dibujo.

No hace mucho tiempo, alguien me pidió que dibujara un elefante, y yo hice esto:



Sí, impresionante. Ni un niño de 5 años lo hace peor, por eso siento envidia cochina de mi madre (que dibuja muy bien) y de mi hermana (que dibuja mejor aún), y de katanga, y de los dibujos de Sonia San Román, y de todo el mundo que dibuja medianamente bien.

Yo por mi parte, sigo intentándolo, y ya casi lo he conseguido, es cuestión de practicar.



Este es el resultado, que nadie me pida más, porque es una cuestión del rh.

martes, 2 de septiembre de 2008

Actitud Mental Positiva

Parece que hay épocas en tu vida en que no te pasa nada, en las que todo es rutinario y previsible y otras en las que te pasa todo de golpe. Yo estoy en una de las segundas.

Y lo peor es que la mayoría de esas cosas son poco agradables. Podría hacer una lista bastante larga de pequeños problemas que podría hundirme en la miseria pero no quiero, y no porque no quiera extenderme y contar en el blog mis miserias, sino porque quiero dejarlas pasar. Nada es eterno, ni lo bueno, ni lo malo, así que prefiero que todo pase sin hacerle demasiado caso y centrarme en las cosas buenas de la vida.

Esa actitud mental positiva con la que quiero tomarme las cosas, no es fácil de mantener, pero tengo la primera premisa para conseguirlo, que es querer hacerlo.

Otra cosa que ayuda es hablar de ello, con familia, amigos o quién sea. Escuchar los puntos de vista de alguien no implicado emocionalmente en tus problemas, te hace verlos desde otra prespectiva, y valorar algunas cosas positivas que antes no veías.

Por eso viene mi entrada anterior de los pequeños placeres, y por eso, esta es la última vez que me permito a mi misma quejarme. Bueno, no, me quejaré. Pero no me haré la víctima. Tengo la ventaja de que sé que soy dueña de mis actos, y responsable de ellos. Para arreglar una rueda pinchada simplemente hay que ir al taller, y si no hay dinero coger el autobús, no se hunde el mundo.

Yo, sigo teniendo ganas de bailar, por supuesto. Dejo esta canción para Marta, aunque me repita más que el ajo, pero es que es la canción que la faltaba a la entrada anterior.


lunes, 1 de septiembre de 2008

Pequeños placeres

Algo de música en directo
Bailar
Ensaladilla rusa casera
Contemplar las crías de unos periquitos
Una sesión de podólogo casera
Un paseo
Una buena conversación
Una sorpresa al regresar

Son mis pequeños placeres de este fin de semana. Muchas veces, hacemos todas estas cosas de forma rutinaria, sin pararnos a disfrutar de ellas, y nos equivocamos, porque son la esencia de la vida.

Si esperamos a que llegue el gran acontecimiento para saborear los placeres de la vida, probablemente no lo haremos nunca. Aprender a disfrutar de las pequeñas cosas es lo que hace que nuestra vida tenga sentido.

Hagámoslo de una vez.

Sin esperar más.